La inversión necesaria para el despliegue completo en toda Europa de red móvil 5G y red fija con fibra óptica ascendería a 300.000 millones de euros hasta 2027, según el cálculo realizado por las operadoras europeas de telecomunicaciones a través de su asociación ETNO y un informe elaborado por la consultora BCG. Para la asociación, la inversión “vale la pena” y podría crear hasta 2,4 millones de nuevos puestos de trabajo en los próximos cuatro años. El informe no deja claro, sin embargo, cómo se podría financiar y rentabilizar esta inversión para alcanzar el objetivo de cobertura fijado por la Unión Europea.
La asociación ETNO, que agrupa a las principales operadoras de redes de telecomunicaciones europeas, presentó el pasado jueves un amplio informe, titulado Connectivity & Beyond: How Telcos Can Accelerate a Digital Future for All y preparado por la consultora de gestión internacional Boston Consulting Group (BCG), cuando el Consejo Europeo de responsables de Estado y de Gobierno de la Unión Europea se había reunido para discutir, entre otros asuntos, el futuro de la política industrial y digital europea.
Como deja claro el mismo título del informe, las operadoras de telecomunicaciones europeas están convencidas de la necesidad de que ciudadanos, viviendas y empresas estén completamente conectadas a través de redes móviles 5G y de redes fijas por fibra óptica a finales de esta década, de acuerdo con la visión expresada a primeros de este mes por la Comisión Europea con su comunicación Digital Compass 2030.
La construcción de una sociedad gigabit en Europa es extremadamente relevante para los retos planteados y pedimos a los líderes que soporten el sector europeo de telecomunicaciones, dice la directora de ETNO
Las operadoras también sostienen en el informe que el despliegue de estas redes fijas y móviles puede realmente acelerar este “futuro digital para todos”. Es más, consideran que “el esfuerzo vale la pena” y que tan sólo con el despliegue de las redes 5G se podría generar un aumento anual de 113.000 millones de euros en el PIB europeo y crear 2,4 millones de nuevos puestos de trabajo en Europa desde ahora hasta 2025.
En un momento en que la Unión Europea quiere reactivar la economía con el Plan de Recuperación, “la construcción de redes gigabit y de servicios digitales innovadores pueden ayudar a incrementar la productividad y generar una forma de trabajar más inteligente”. Además, el despliegue generalizado de soluciones digitales puede reducir las emisiones de carbono en hasta un 15%. Las ciudades inteligentes pueden contribuir a un recorte del 30% de las emisiones de carbono y la transformación digital en el sector de transportes con otro 30% de menores emisiones de carbono, se asegura en el informe.
Para que todo ello tenga lugar, “Europa debe aumentar de forma drástica su capacidad de inversión en redes de telecomunicaciones y conseguir velocidades gigabit en todos los territorios para asegurar la plena inclusión digital”. BCG estima que todavía son necesarios 150.000 millones de euros para lograr un despliegue completo de redes 5G en Europa y que se requieren unos 150.000 millones adicionales para completar la infraestructura fija con velocidades gigabit, que sólo son posibles con redes de fibra óptica, se dice en el informe presentado por ETNO.
Inversión en la demanda de 280.000 millones de euros
Estos 300.000 millones de euros serían necesarios hasta 2027 del lado de la oferta para construir esta infraestructura, que llevarían a cabo las operadoras de telecomunicaciones. Pero el informe también apunta que haría falta realizar un gran esfuerzo inversor por parte de la demanda. Según sus cálculos, el 83% de las pequeñas y medianas empresas de la Unión Europea todavía no están utilizando servicios avanzados en la nube y el 60% de los alumnos de nueve años actualmente educados en las escuelas no están digitalmente equipados.
Ello lleva a BCG a estimar que la actualización de la infraestructura digital de todas las escuelas europeas requeriría una inversión de 14.000 millones de euros anuales, que corresponden al 1,8% del fondo Next Generation EU. Y la digitalización de todas las pequeñas y medianas empresas europeas supondría otros 26.000 millones de euros anuales, o el 3,5% del fondo Next generation EU. En conjunto, pues, se necesitaría una inversión de 300.000 millones de euros en redes hasta 2027 y 40.000 millones de euros anuales en escuelas y pequeñas y medianas empresas (otros 280.000 millones de euros entre 2021 y 2027).
La amplia estrategia de digitalización de la Unión Europea para esta década pone de relieve su justa ambición para conseguir el liderazgo digital a nivel global. De todas formas, se precisa en el informe, “el espíritu de los objetivos políticos de Europa debe ahora permear las acciones políticas y regulatorias tanto a nivel europeo como nacional”. En el informe se detallan una serie de actuaciones a nivel político urgentes, entre las que se incluyen: incrementar el atractivo de las inversiones que se realizarán al desplegar la red, una mayor y más amplia colaboración de la industria sectorial, un fuerte estímulo de la demanda y de la transformación digital en todos los sectores industriales, priorizar el liderazgo de los servicios digitales europeos y una inversión decidida en el aprendizaje de las tareas digitales.
En conjunto, se necesitaría en Europa una inversión de 300.000 millones de euros en redes fijas y 5G hasta 2027 y 40.000 millones de euros anuales para actualizar la infraestructura en escuelas y pequeñas y medianas empresas
En el comunicado de ETNO que sintetiza el informe, Lise Fuhr, directora general de la asociación, recalca que la construcción de una sociedad gigabit en Europa “es extremadamente relevante para los principales retos planteados, incluyendo la recuperación económica y la transición hacia una economía verde”. Y añade: “Pedimos a los líderes europeos que soporten el sector de telecomunicaciones y nos ayuden a tener una fuerte economía digital para todos los ciudadanos”.
Por su parte, Wolfgang Bock, gerente y socio de BCG, precisa que “la pandemia ha reforzado la dependencia que tenemos de la infraestructura de telecomunicaciones en virtualmente todos los aspectos de nuestro trabajo, educación y vida social”. “Necesitamos aprender y aplicar esta lección para asegurar que Europa hace las inversiones necesarias para permanecer competitiva”. El informe muestra un camino para construir una fuerza de trabajo mejor preparada digitalmente y crear millones de puestos de trabajo, añade.
Multiplicar por 2,5 las inversiones a realizar
El objetivo de la Comisión Europea de lograr “la década digital europea” es muy loable y las operadoras están dispuestas a facilitarlo con la construcción de una potente infraestructura, pero recuerdan que hará falta poner los medios. “El dinero no falta, aseguran fuentes de ETNO, pero la infraestructura de telecomunicaciones se tiene que desplegar de tal forma que los inversores prefieran poner un euro en las telecomunicaciones europeas antes que en sus competidores americanos o asiáticos”.
Los gobiernos y los órganos reguladores deben ayudar a acelerar el proceso de construcción de la infraestructura de telecomunicaciones y aumentar su impacto en la demanda. La clave está, al final, en conseguir que la inversión en el despliegue de redes de telecomunicaciones en Europa vuelva a ser atractiva y que de esta forma se asegure la sostenibilidad del sector a largo plazo.
En el informe, las operadoras citan sus clásicas demandas: “Que el espectro y otros recursos públicos como los sitios para instalar las redes estén disponibles cuando se necesiten y a precio y condiciones razonables”, para que lleguen a todos los europeos. También, que el sector de telecomunicaciones “se construya a escala global y se propicie la cooperación horizontal y con unas ambiciones compartidas”, así como que se preste mayor atención a estimular la demanda y el uso de las telecomunicaciones en Europa, para así hacer el sector más sostenible.
Otra demanda de las operadoras es promover plataformas compartidas europeas, de acuerdo con los valores europeos y ajustados a sus necesidades específicas, como puede ser fijar un nuevo estándar digital en el que Europa pueda confiar porque salvaguarda los datos, protege a la gente y asegura las conexiones. Iniciativas como OpenRAN o soluciones en la nube europeas pueden ayudar a que las industrias europeas trabajen de forma abierta y unida y se promuevan soluciones escalables. Y cita soluciones a escala europea como identificadores seguros, electrónicos o móviles. Una decidida política industria europea puede también contribuir a fortalecer el sector de telecomunicaciones europeo y, de paso, el tejido productivo e industrial europeo.
Nuevos casos de uso 5G para aumentar la facturación
El informe presta atención a los nuevos casos de uso que permitirá 5G cuando el despliegue se haya hecho a gran escala y que haría aumentar la facturación conseguida por las operadoras. En el gráfico inferior, se especifica que los nuevos casos de uso de 5G supondrán alrededor de dos tercios de la facturación de las operadoras europeas en 2025.
Como expone el gráfico superior, la categoría de servicios de banda ancha móvil extrema (A), como vídeo en streaming, videoconferencia, oficinas virtuales o realidad virtual, serán las que lograrán mayor facturación, seguidas por el IoT masivo (C), como redes de sensores en edificios inteligentes o agricultura, aplicaciones para el consumidor o logística y rastreo de envíos, o el IoT de misión critica (D), con todas las aplicaciones en la automatización industrial, los vehículos conectados o relacionados con la seguridad y salud. El acceso inalámbrico fijo (FWA) (B) puede no aportar mucha facturación adicional pero permite que núcleos relativamente aislados dispongan de servicios de banda ancha gigabit con menor inversión por parte de las operadoras.
5G, como indica el gráfico inferior, puede generar 113.000 millones de euros anuales de impacto en el PIB anual y 2,4 millones de puestos de trabajo en 2025. Los principales beneficios serán en el sector de automoción y en los puestos de trabajo, con 42.000 millones y 31.000 millones de euros, respectivamente, en 2025, según las proyecciones realizadas por BCG sobre unas bases de cálculo no especificadas.
El principal obstáculo con que se enfrentan las operadoras, de todas formas, es su caída bursátil en los últimos años, al menos en relación con sus homólogas europeas. Tomando como referencia el mismo índice en octubre de 2010 de las operadoras estadounidenses y europeas, diez años después las primeras han más que duplicado su capitalización y las europeas han caído el 57%.
Mientras Verizon valía el 15 de agosto 206.000 millones de euros y AT&T 181.000 millones, Deutsche Telekom tenía una capitalización de 73.000 millones de euros (a pesar de los buenos resultados de su filial estadounidense T-Mobile US fusionada con Sprint), Vodafone 35.000 millones, Orange 26.000 millones y Telefónica 19.000 millones como se ve en el gráfico inferior. Esto hace que la capacidad de inversión y de endeudamiento de las operadoras europeas sean muy inferiores a las estadounidenses.
Para colmo de males, la industria global de telecomunicaciones tiene uno de los retornos de la inversión para los accionistas de los más bajos de la industria, en torno al 6% entre 2015 y 2019, pero la europea es aún peor, debido al deterioro del valor de sus acciones. Y, como dice Tim Höttges, consejero delegado de Deutsche Telekom, “tenemos una catastrófica creación de valor de las telecomunicaciones en Europa; nuestra facturación está bajando y la necesidad de mayores inversiones creciendo”.
La fragmentación de los mercados en Europa explica muchos de estos males, como también la excesiva regulación, como han puesto de relieve recientemente las operadoras. La excesiva competencia y la aparición de numerosas operadoras virtuales, aupadas por la facilidad con que consiguen acuerdos mayoristas de los operadores dominantes y con red propia, también lo favorece, como el lógico interés de los consumidores y empresas por conseguir las tarifas más ajustadas.
En España, esta situación de debilidad de las operadoras a nivel europeo es mucho más preocupante, porque el mercado relativamente escaso hay que repartirlo entre cuatro grandes operadores. Uno de ellos, MasMovil, sin red propia pero que justamente acaba de hacer una OPA por 2.000 millones de euros para adquirir la totalidad de Euskaltel, que sí tiene red fija y móvil, y que probablemente saldrá adelante porque se ha asegurado el respaldo del 53% del capital de la compañía a adquirir. Si hace unos días se especulaba un acuerdo que fusión de MasMovil con otra operadora, las filiales españolas de Vodafone o de Orange, y pasar a tres grandes operadoras, lo previsible es que sigan habiendo cuatro, con menos posibilidades de ser tres y más competitivas.