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Los operadores tendrán dificultades para rentabilizar los primeros servicios 5G

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Los operadores de telefonía móvil tendrán dificultades para rentabilizar los servicios 5G que se introduzcan en los próximos tres o cuatro años, porque la facturación por los servicios prestados a los consumidores crecerá menos que los costes de construcción de la nueva infraestructura. No será hasta mediados de la próxima década cuando los operadores y la economía en general empezarán a generar beneficios sustanciales, gracias a los innovadores servicios 5G que se pondrán en marcha en las industrias y en las ciudades, tanto para las personas como, sobre todo, para las “cosas”.

 

Las suscripciones de telefonía móvil 4G crecieron a nivel mundial del 4% al 61% entre 2012 y 2018, mientras que la facturación por estos servicios 4G aumentaron menos del 1% anual, según los cálculos de Strategy Analytics. “Existen pocos indicios que sugieran que los primeros planes de lanzamiento de servicios 5G puedan rentabilizarse con las tarifas asociadas al servicio, aparte del beneficio que genere la venta del terminal”, asegura Phil Kendall, director del grupo de proveedores de servicios de esta consultora.

 

Una vez que los precios de los dispositivos 5G empiecen a caer en 2021, el reto de los operadores será cómo facturar más de la gran capacidad de transmisión de datos adicional que aportarán las redes 5G ampliamente desplegadas en las ciudades por entonces, añade Kendall. El éxito de los operadores dependerá, en gran medida, de si pueden ofrecer servicios segmentados y ajustados a las motivaciones de sus clientes 5G, y no tanto de la competencia que se establezca entre operadores con la oferta de redes 5G más amplias y densas y planes de datos atractivos, opina Strategy Analytics.

 

Los primeros servicios 5G que se están lanzando en diversas ciudades de Europa, Estados Unidos y Asia, incluida España por parte de Vodafone, tienen una tarifa adicional relativamente económica para atraer clientes. Los terminales, de momento, son caros, incluso más que los 4G Premium, pero su precio bajará sustancialmente a partir de mediados del año que viene.

 

Terminales 5G más económicos

Du Yeqing, vicepresidente de la línea de producto 5G de Huawei, afirmó hace pocos días en el encuentro Global 5G de Valencia que su compañía espera introducir a mediados de 2020 terminales 5G de gama media en el entorno de los 300 dólares. En la actualidad, los terminales 4G de gama alta viene a costar esto o menos, aunque ciertamente no los más exclusivos y “premium”. En cualquier caso, la rentabilidad del servicio 5G debe provenir de la descarga de datos y de la oferta de servicios atractivos para determinado grupo de consumidores, como los juegos en línea.

 

Strategy Analytics calcula que en 2024 habrá un total de 924 millones de suscripciones 5G, que capturarán el 26% del total de descarga de datos por entonces. El problema no está en la cantidad de datos que se transmitirán con 5G sino que la consultora pronostica que esta suscripciones apenas generarán crecimiento adicional de la facturación para los operadores. Y, en cambio, los costes de construcción de la infraestructura 5G (CapEx) serán lógicamente muy elevados, porque serán redes nuevas.

Las líneas 5G transmitirán más datos, pero apenas incrementarán los ingresos de las operadoras

En la tabla de la consultora ABI Research, se cifra la facturación mundial de los operadores por todas las redes móviles en unos 1,1 billones de dólares este año, para apenas acercarse a los 1,3 billones de dólares dentro de cinco años. La pendiente de crecimiento de los costes totales de infraestructura de construcción y mantenimiento de las redes 4G y 5G es similar, con lo que el retorno de la inversión, aunque sea positivo, será en todo caso reducido.

 

La tabla proporcionada por Strategy Analytics prevé que la facturación por los diversos servicios 2G, 3G, 4G y 5G en los próximos cinco años sea aún más plana que la de ABI Research, en el nivel de los 820.000 millones de dólares, tanto en los pasados cinco años como en los próximos cinco años. La diferencia de facturación global entre las dos consultoras puede ser atribuible a diferencias de criterio contable; en lo que coinciden es en que no habrá crecimiento de facturación.

 

Lo que sí habrá, como puede verse en la tabla de Strategy Analytics, es un aumento sustancial por los servicios generados por las redes 5G a partir de 2012, a la par que caerán en picado los servicios generados por las redes 2G y 3G. Es interesante observar que la facturación por los servicios prestados por la redes 4G se mantendrán relativamente estables en los próximos cinco años. Habrá, claramente, un trasvase: los servicios 5G se nutrirán del paso de 4G a 5G pero 2G y 3G proporcionarán gran parte de la facturación perdida por 4G por la entrada de 5G, junto a los nuevos suscriptores que se iniciarán con 4G.

 

 

Strategy Analytics calcula que las redes 4G-LTE acapararán alrededor de 6.000 millones de suscriptores a finales de 2024, alrededor de dos tercios de total, en línea con el informe de movilidad de EricssonSegún la consultora, los servicios 4G continuarán evolucionando y proporcionando mayor velocidad y cobertura, incluso antes o en paralelo a los servicios 5G. “4G-LTE tiene un gran futuro en los próximos cinco años, especialmente en África y Oriente Medio”, precisa.

Dos tercios de las líneas móviles en servicio a final de 2024 serán 4G-LTE

 

Facturación estancada hasta 2024

Todo indica, según los analistas, que la facturación por los servicios de banda ancha móvil estará estancada en los próximos cinco años y será, sustancialmente, la misma que en los pasados cinco años, que también fue esencialmente plana. El reto de los operadores en los próximos será introducir nuevos servicios 5G capaces de atraer a consumidores dispuestos a pagar mucho más, y no sólo porque ofrecen mayor velocidad de transmisión de datos y menor latencia, sino porque enriquecerán la experiencia del usuario, una frase que es muy fácil de pronunciar y muy difícil de conseguir.

 

A partir de 2024, el futuro para los operadores con las redes 5G se les presenta mucho más halagüeño porque, aparte de ofrecer servicio a las personas, ya estarán en disposición de ofrecer servicios a las “cosas”, a través de los dispositivos IoT, y basados en redes 5G. Es una travesía de tres a cinco años complicada porque, aparte del coste de implantación de las nuevas redes 5G y la cobertura asociada, tendrán que resolver muchos problemas técnicos, con el Release NSA actual y el SA del año que viene.

 

Dario Talmesio, de la consultora Ovum, puso el dedo en la llaga hace muy pocas semanas en el evento 5G World de Londres, cuando aseguró que, por el momento, la “monetización” de 5G, o plan para extraer mayor rendimiento económico, es muy similar a la del 4G. Se trata de un modelo muy simplista de facturar más, “pero no será posible hacer nada nuevo hasta que el 5G real emerja” y pueda ofrecer servicios realmente innovadores y muy atractivos para los consumidores y empresas, añadió Talmesio.

 

Tampoco el próximo lustro es tan complicado, financieramente hablando, para los operadores. La tecnología 5G les permitirá dar mayor y mejor servicio en zonas que ahora ya están muy saturadas y la tecnología de acceso fijo-móvil puede proporcionar servicio de banda ancha móvil en zonas rurales donde ahora apenas pueden comunicarse por voz, como es el caso de Estados Unidos.

 

Es evidente que, si los operadores quieren convertirse en un gran proveedor de servicios digitales en su sentido más amplio en sus respectivos países y no ser un mero proveedor de servicios de telecomunicaciones, como ha ocurrido en los última década, cuando se han dejado arrebatar gran parte de la rentabilidad asociada al servicio, deben conseguir prestar servicios 5G que aporten un gran valor añadido y, consecuentemente, de facturación. O las grandes empresas de consultoría y servicios tecnologías de la información se quedarán la parte más importante del pastel.