Los operadores de telecomunicaciones se comprometieron, en diversas presentaciones realizadas en el marco del MWC, a reducir drásticamente el consumo de energía de sus redes por unidad de tráfico y a utilizar al máximo componentes, equipos y sistemas mucho más eficientes energéticamente, con el objetivo de conseguir la neutralidad del carbono en 2040 o antes. También se puso de manifiesto la contribución esencial que pueden hacer las tecnologías digitales a la hora de conseguir un desarrollo más sostenible y con una menor huella de carbono.
La GSMA, la asociación que agrupa a la mayoría de operadores de todo el mundo, ha iniciado el proyecto Going Green, que cuantificará el consumo de energía de las redes de telecomunicaciones y su nivel de eficiencia, según las fuentes de energía utilizadas, y servirá para evaluar el progreso que se vaya realizando con los años. Esta herramienta, denominada Energy Efficiency Benchmarking, se desarrollará en base a los datos anónimos aportados por un grupo de operadores. De momento, son siete operadores los participantes: BT, DT, Etisalat, Globe, KPN, Smart y Vodafone, que abarcan 31 redes en 28 países.
A nivel global, se ha visto que las redes de acceso (RAN) consumen el 73% de la energía total de los participantes en el estudio. El 27% de la energía restante se consumen en el núcleo de la red (13%), centros de datos propios (9%) y otras operaciones (5%). La eficiencia energética primaria en las RAN fue de 0,24 kWh/GB en 2020 en los mercados analizados. Como datos secundarios, una conexión móvil requiere una media de 14,8 kWh de energía durante 12 meses de funcionamiento mientras que un sitio (antena y red de enlace) consume 28.665 kWh durante el mismo periodo.
La única solución para mantener el incesante tráfico de datos y las emisiones neutras de carbono es reducir el consumo de energía global y utilizar tecnologías mucho más eficientes energéticamente
El 46% de la energía total consumida fue suministrada por energías renovables, otro 43% por la electricidad proveniente de la red tradicional y el 11% de motores diesel utilizados para generar energía eléctrica, que es más concentrada en los países en desarrollo, con un suministro de electricidad menos fiable, calculan los autores. Como es natural, se trata de valores promedio, con una desviación estándar muy elevada (de hasta 10x) y que varían sustancialmente según el país, zona o sector de actividad cubierto. La intención del proyecto es dar datos anuales con su variación y segmentarlos más para que sean más útiles y representativos de tendencias.
La mayoría del consumo de energía (73%) se produce en la red de enlace; es decir, en el proceso de dar cobertura de telefonía móvil a una extensión de miles de kilómetros cuadrados, transformar la energía eléctrica en ondas de radiocomunicaciones y en recibir y procesar las señales en ambas direcciones. Aunque el consumo en los centros de datos es relativamente bajo (9%) se hace hincapié en que sólo se cuentan los centros de datos propiedad de los operadores. Si se sumaran los que gestionan las grandes tecnológicas, que cada vez tienen mayor participación, el valor sería mucho más elevado.
Desde un punto de vista financiero, el estudio también concluye que un operador de red utiliza de promedio 141 MWh de energía para generar un millón de euros de facturación. Si tenemos en cuenta que el precio de la electricidad es ahora, en máximos, de unos 90 euros/MWh, el coste que puede representar la energía para el conjunto de los costes del operador es relativamente bajo, de 12.500 euros para generar un millón de euros de facturación, el 1,25%. Pero cada vez las redes soportan más tráfico de datos, lo que supone que aumentará el consumo de las redes y el coste será mucho más elevado, aparte de insostenible desde un punto de vista medioambiental.
La única solución es reducir drásticamente el consumo de energía, sobre todo por unidad de tráfico soportado, bien sea por conexión, célula en el sitio o facturación, o todas a la vez. Como se puso de relieve en una jornada organizada por Huawei el día antes de inaugurarse el MWC, titulada “Green ICT for a Green World”, se trata de utilizar todo el amplio conjunto de técnicas y tecnologías existentes para reducir de forma drástica y sin demora el consumo de energía de las redes de telecomunicaciones.
Tecnología digital para una energía más eficiente
Las nuevas generaciones de telefonía móvil consumen menos energía por tráfico soportado. Así, las redes 4G son mucho más eficientes que las 3G y las 5G mucho más que las 4G. Pero hay que tener en cuenta que cada vez se consumen más datos, con lo que no es suficiente con reducir el consumo de energía por unidad de tráfico soportado sino que se debe recortar drásticamente el consumo de energía global de las redes de telecomunicaciones.
Como dijo una ponente, no se trata de aplicar tecnología espacial (“rocket science”) para conseguir este objetivo, sino de ser mucho más energéticamente eficiente en cada uno de los múltiples componentes y equipos que hagan reducir el consumo de energía de modo absoluto y con menor huella de carbono. La solución mágica no existe ni existirá nunca: debe conseguirse a base de aplicar pequeñas y grandes mejoras de modo continuado y a todos los niveles.
Por ejemplo, es cuestión de emplear fuentes de alimentación y componentes y sistemas electrónicos más integrados, que además generarán menos calor y menor ventilación y aire acondicionado, sobre todo en los centros de datos, aparte de sistemas de refrigeración más eficientes. El apagado de las redes 2G y 3G también reducirá el consumo energético y, evidentemente, captar energía del sol o del viento y utilizar baterías recargables para la noche.
La industria TIC puede jugar un papel único y positivo para acelerar la transformación digital de otros sectores industriales y conseguir así emisiones más bajas de carbono
El uso de las tecnologías de la información también permitirá reducir sustancialmente el consumo de energía. Como dijo David Li, presidente de Huawei en Europa occidental durante la jornada, “aunque la industria de tecnologías de la información y comunicaciones representa ahora sólo el 2% de las emisiones totales de la huella de carbono, las tecnologías de la información pueden ser utilizadas para reducir las emisiones globales en hasta el 20%”.
“Integrando los bits en los vatios, es decir, la integración de la tecnología digital en la tecnología energética, se puede conseguir mucha más eficiencia en la gestión de la energía”. Los avances en inteligencia artificial, conectividad y la informática en la nube permitirá digitalizar la industria de la energía hacerla mucho más eficiente, sostuvo el directivo de Huawei.
La europarlamentaria Susana Solís, que también participó presencialmente en la jornada, destacó asimismo la importancia de las tecnologías de la información para los planes verdes de la Unión Europea. “Prácticamente, cada sector se puede beneficiar de las soluciones digitales” para conseguir una mayor eficiencia energética”. Carina Lopes, responsable de Digital Future Society en Mobile World Capital Barcelona, añadió que “conseguir la emisiones nulas de carbono (Net Zero) no es suficiente: las tecnologías de la información y el sector de telecomunicaciones tienen el poder de liderar y transformar radicalmente nuestra sociedad”.
La directora técnica de Orange España, Mónica Sala, comentó que el plan del operador es conseguir la neutralidad de carbono en 2040 a base de reducir el consumo de energía en la red, aumentar el uso de energía renovable en las redes y apoyarse más en la economía circular. En los últimos seis años, de 2015 a 2020, Orange España ha reducido el consumo energético de sus redes móviles, expresado en kWh/GB, en un 80%, a base de acuerdos de compartición de redes y utilización de sistemas de refrigeración más eficientes y con menor gasto energético y de equipos de red más eficientes.
Juan Manuel Caro Bernat, director de transformación operativa del grupo Telefónica, explicó que prevén conseguir emisiones nulas hacia 2025. “Reduciremos la huella de carbono tanto como sea posible más allá del escenario de 1,5 grados y neutralizaremos las emisiones sobrantes con proyectos de absorción de CO2.
Blanca Ceña, gerente de Vantage Towers spain, también se refirió a las ventajas que pueden proporcionar las tecnologías digitales para modificar la situación en múltiples industrias. En el caso de su compañía, están utilizando la tecnología de gemelos digitales para reducir el número de visitas a las estaciones y añadió que en su compañía consideran que 5G será un cambio sustancial, para la sociedad y Europa.
El responsable de acción climática de la GSMA, Steven Moore, puso de relieve que los operadores de telecomunicaciones dependen de la energía verde para ayudar a conseguir los objetivos en otros sectores. Y lanzó un mensaje a los Gobiernos: “No podemos hacer solos el cambio hacia las energías renovables”.
El sector de tecnologías de la información y telecomunicaciones (TIC, ICT en inglés) consume el 4% de la electricidad global y el 1,4% de las emisiones de carbono globales, como se ve en el gráfico superior. Steven Moore precisó que el sector de telefonía móvil supone el 0,4% de las emisiones de carbono, o el 16% respecto al sector ICT.
La expansión del tráfico hipoteca la neutralidad del carbono
James Crawshaw, de la consultora Omdia Informa Tech, destacó que para reducir la huella de carbono, la industria debe ahorrar energía y también reducir las emisiones de carbono. El analista presentó un informe, que sostiene la necesidad de utilizar estrategias innovadoras para conseguir tecnologías de información Net Zero.
Desde la perspectiva del ahorro de energía, el foco debe centrarse en reducir el consumo absoluto de energía, a base de consumir menos energía y en mejorar la eficiencia en la utilización de esta energía. Y desde la perspectiva de reducción de la huella de carbono, la medida para evaluar el grado de sostenibilidad energética y medioambiental de la red de telecomunicaciones debe ser la emisión de carbono por unidad de dato servido. Pero Crawshaw apuntó que se necesita una definición clara para evaluar el progreso de una gestión que reduzca la huella de carbono.
Como dejan claro los diversos apartados del informe, “la tecnología y la naturaleza deben coexistir de forma armónica”. El crecimiento económico global se ha conseguido en gran parte hasta ahora con el lanzamiento de gases invernadero a la atmósfera, pero si se quiere mantener el cambio climático a límites controlables y sin impactar negativamente el crecimiento económico, se deben tomar inmediatamente contramedidas, como conmutar hacia las energías renovables.
La industria TIC se enfrenta a una explosión de la demanda de contenidos y servicios digitales. Como muestra el gráfico inferior del informe, el tráfico mundial de datos en las redes móviles, fijas e inalámbricas ha crecido y seguirá creciendo a un ritmo espectacular en los próximos años. Entre 2018 y 2024, aumentará a un ritmo anual del 24%, calcula la consultora, y alcanzará los 5,8 millones de petabytes en 2024, frente a los 1,3 de 2018.
Este aumento del tráfico comportará mayores demandas a la infraestructura y a la industria de tecnologías de la información y comunicaciones, que se verá además en la obligación drásticamente sus emisiones de carbono. “La utilización de energías verdes es la principal alternativa que se tiene para reducir las emisiones de gases invernadero; aparte, la industria TIC deberá centrarse en reducir el consumo absoluto de energía y utilizar sistemas mucho más eficientes energéticamente”. Es decir, optimizar el uso de la energía para que se pueda soportar la demanda de servicios digitales y reducir a la vez las emisiones de CO2 y, potencialmente, bajar los gastos operativos, recalca el informe.
Los operadores de telecomunicaciones son plenamente conscientes del reto que les viene encima y cada vez son más activos, de forma voluntaria, a la hora de poner en práctica estrategias de utilización de energías verdes y reducir el consumo de energía. En la tabla inferior se detallan algunas iniciativas puestas en marcha por operadores, como Telefónica, Vodafone y Orange entre los que están presenten en España.
Entre las iniciativas puestas en marcha se encuentran la transformación de la red, sustituyendo viejos equipos o en desuso por otros más eficientes o el tendido de cobre por fibra óptica; la reducción de la necesidad de aire acondicionado, la mayor puesta en marcha de modos en espera mientras no se usa; de suministros de electricidad a 400 V en corriente continua en vez de los tradicionales 240 V (o 120 V en Estados Unidos) en alterna, más eficiente; las compartición de las redes entre varios operadores o la utilización de tres tipos de suministro eléctrico en las estaciones base (solar, baterías y tradicional) para en cada momento acudir a la más conveniente.
Como añade el informe, aunque toda la industria tiene objetivos similares a la hora de tener un futuro más verde, “las condiciones para conseguirlo pueden ser muy diferentes”, porque dependen de la región, el clima y otros factores específicos. Por eso, es deseable contar con una métrica que pueda comparar la situación “verde” de las distintas redes, como la eficiencia energética de una red móvil, expresada en bits/joules, para un periodo de tiempo determinado, como propone ETSI, o la intensidad de carbono de una red, que resulta de dividir la emisión total de carbono por el volumen total de datos y expresada en kg CO2/terabyte. En esta última fórmula se puede distinguir el tipo de energía verde utilizada frente a las tradicionales.
Como conclusión, el informe señala que muchas compañías y Gobiernos promueven activamente ser neutros en el uso de energía, incluidas parte de la industria TIC, pero alerta que también las medidas deben tener justificación empresarial y financiera. Los dispositivos IoT pueden ayudar a mejorar las operaciones remotas y de mantenimiento y no gastar tanta energía, como también la migración hacia la nube. Aunque siempre se ha de vigilar que el aumento previsible del tráfico con algunas de estas medidas no suponga un incremento de energía.
Con el uso de tecnologías avanzadas en sectores como el agrícola, logística, minería y manufactura, “la industria de tecnologías de la información y comunicaciones puede jugar un papel único y positivo para acelerar el proceso de transformación de otros sectores industriales y conseguir un mayor nivel de digitalización y emisiones más bajas de carbono”, concluye al final el informe de Informa Tech, como también se ha había puesto de manifiesto a lo largo de toda la jornada “Green ICT for a Green World” del día antes de inaugurar el MWC de Barcelona. La estrategia a seguir está clara, lo complicado es avanzar de forma lo suficientemente rápida.