Article  | 

Los operadores reclaman una cadena de valor de Internet más equilibrada

SHARE

Reading Time: 8 minutes

La cadena de valor de servicios de Internet sigue creciendo globalmente a buen ritmo, del orden del 15% anual, pero se están creando con ello serios desequilibrios en varios sectores de la economía basada en Internet, lo que puede poner en peligro el mantenimiento de un ecosistema potente y permanentemente mejorado, según denuncian los operadores de telecomunicaciones en un informe publicado por la GSMA, su asociación global. Los operadores reclaman a los reguladores y políticos mundiales que aborden el tema urgentemente porque, de lo contrario, argumentan en el extenso informe, podría frenarse el crecimiento de la cadena de valor de Internet y ser aún más desequilibrado.

 

Desde 2015, Internet no ha parado de crecer a muy buen ritmo. Se calcula que en 2020 habían unos 4.600 millones de usuarios de Internet, que suponen el 59% de la población mundial y que es uno de los motores clave de la economía mundial. “Internet transforma los modelos de negocio, abre nuevas oportunidades y estimula a comunidades de todo el mundo”, dijo José María Álvarez-Pallete, actuando como presidente de la GSMA, el pasado 16 de mayo en Londres, al presentar un informe  de la asociación, titulado The Internet Value Chain 2022.

 

El también presidente de Telefónica alertó, sin embargo, que mientras algunos sectores de la cadena de valor de Internet prosperan, “las demandas de inversión en infraestructura en que se basan estos sectores para crecer están debilitando [las finanzas] de los operadores de redes de telecomunicaciones”. Por eso, añadió, “agradecemos el creciente reconocimiento de esta problemática por parte de los reguladores, para que la economía basada en Internet pueda expandirse a todos los sectores durante la próxima década”.

La inversión en infraestructura en que se basa la cadena de valor de Internet para crecer erosionan los modelos de negocio de los proveedores de esta infraestructura, mientras prosperan las grandes tecnológicas, asegura el presidente de la GSMA

El informe sobre la cadena de valor de Internet pone de manifiesto que existen restricciones y regulaciones asimétricas, impuestos específicos para algunos sectores y costes asociados a las licencias de uso del espectro radioeléctrico que están erosionando los modelos de negocio de los proveedores de la infraestructura de Internet, mientras prosperan las grandes tecnológicas, recalcó José María Álvarez-Pallete.

 

Según el estudio, la facturación de toda la cadena de valor de Internet casi se ha duplicado en cinco años, pasando de 3,3 billones de dólares en 2015 a 6,7 billones en 2020. La mayor parte de este crecimiento proviene de los servicios online, con un aumento anual del 19% desde 2020. El pago por la prestación de los servicios online pronto superará el billón de dólares, unos servicios que demandan una muy alta capacidad a las redes globales. El crecimiento anual del número de usuarios conectados a Internet es del 7,5% y no muestra signos de reducirse. El tráfico por usuario aumenta el 27% anual, y casi el 80% del mismo se debe al tráfico de vídeo.

 

El informe también señala que el retorno sobre la inversión que realizan los operadores de redes de telecomunicaciones está situado entre el 6% y el 11%, una cifra que consideran muy baja. Según este informe de la GSMA, elaborado por la consultora Kearney, un retorno sobre el capital por debajo del 10% en promedio es un problema, debido a la presión que se ejerce sobre los operadores de invertir en las redes hasta el 20% de su facturación.

 

El otro problema es que la mayor parte del crecimiento del tráfico de Internet proviene del vídeo y de los servicios de música en streaming, el 99% de los cuales son a su vez de vídeo; esto es debido a que los usuarios utilizan dispositivos de muy alta calidad, con tasas de transferencia de datos muy elevadas para tener señales de alta definición. Las llamadas de vídeo y las videoconferencias por Zoom o Teams, así como los videojuegos en línea, también contribuyen a este crecimiento, del 16% del tráfico total.

Un informe para centrar el debate

Este informe de la GSMA es, de algún modo, continuación del publicado por ETNO, la asociación que defiende los intereses de las operadoras europeas, que ya alertaba que las grandes tecnológicas ocupan más de la mitad del ancho de banda de las redes europeas sin contribuir prácticamente en nada a sus costes, lo que hizo que la vicepresidenta de la Comisión Europea, Margrethe Vestager, reconociera públicamente que “la demanda de una contribución justa [por parte de las grandes tecnológicas] debía ser considerada con gran atención”.

 

En el informe de ETNO se pedía claramente que las grandes tecnológicas debían contribuir con una parte del coste de las redes de Internet europeas, puesto que son las que más las utilizan y se benefician y no pagan prácticamente nada por ello. En este informe de la GSMA, lo que se pretende es hacer una radiografía de toda la cadena de valor de Internet a nivel mundial y de cuantificar sus distintos componentes, con el fin de centrar el debate y conseguir una “contribución justa y equilibrada” de todos los protagonistas.

 

En el informe se muestran numerosas cifras. En el gráfico inferior, extraído del informe, queda claro que, en los últimos diez años, la penetración de Internet a nivel mundial y el consumo del tráfico de Internet han crecido de forma drástica y que en la actualidad tres compañías estadounidenses (Google; Facebook, ahora Meta, y Netflix) acaparan nada menos que el 45% del tráfico total mundial. Sin el tráfico de estas tres compañías y de las otras tres que suman otro 11% del tráfico total (Apple, Amazon y Microsoft) Internet no sería ni la mitad de lo que es ahora.

La mayor parte del crecimiento del tráfico de Internet proviene del vídeo y de los servicios de música en streaming, al utilizarse dispositivos de muy alta calidad y en alta definición, como televisores, smartphones y sistemas de videoconferencia

Así, se puede ver en el gráfico que la penetración de Internet a principios de siglo era menos del 10% con 500 millones de usuarios, cuando a principios de la pasada década se llegó al 29% y 2.000 millones de usuarios de Internet, para en 2020 alcanzar el 59% de penetración con una estimación de 4.600 millones de usuarios de Internet en todo el mundo. El tráfico de Internet, como se ve en el gráfico inferior de la derecha, se ha multiplicado por más de cuatro entre 2015 y 2020, de 41 exabytes mensuales a 181 exabytes mensuales de media, con un crecimiento anual, en estos cinco años, del 34%.


El vídeo, incluyendo la música en streaming, se ve también en el gráfico, siempre ha representado del 2015 al 2020 más del 70% de todo el tráfico de Internet dirigidos a los consumidores (entre el 71 y 78%). Como este tráfico, como se ha dicho, ha crecido anualmente el 34%, sólo el vídeo supone la abrumadora cantidad de 141 exabytes mensuales de media (un exabyte es un uno seguido de 18 ceros, o mil millones de gigabytes).

 

La cadena de valor de Internet la divide el estudio en cinco elementos: derechos de contenido, servicios online, tecnología habilitadora (enabling tecnology), conectividad de acceso a Internet e interfaz de usuario, como se ve en el gráfico inferior, con una descripción de lo que contiene cada uno de ellos.


Esta cadena de valor se evalúa en total en 6,68 billones de dólares, frente a los 3,35 billones de 2015 o los 1,2 billones de 2008, con un crecimiento anual del 2015 al 2020 del 23%, como se ve en gráfico inferior. En el gráfico se ve claramente que los servicios online son los más importantes (el 57% en 2020, 3,8 billones) y de forma creciente (en 2015 representaban el 48%; 1,6 billones, y en 2008 el 41%; 0,5 billones).


Los servicios que más han crecido del 2015 al 2020 son los derechos de contenido (el 23%) pero, como sólo representan el 3% del total, poco influye este mayor aumento. En cambio, el elevado volumen de los servicios online, unido a su fuerte crecimiento anual en cinco años del 19%, ha disparado la facturación de la cadena de valor total de Internet. Los otros tres componentes de la cadena de valor también crecen, entre el 6% y 13% anual, pero la suma de ellos es bastante inferior que los servicios online. Su impacto global es menor, aunque igualmente muy importante, porque suman el 40%.

 

En el gráfico inferior se ve el peso en facturación de cada uno de los distintos componentes de la cadena de valor, representados por la superficie que ocupan. Así, por ejemplo, se observa que el acceso a Internet (en magenta) representa el 15% del total, con el acceso móvil más del doble que el acceso fijo y el de las torres de comunicaciones relativamente menor.

 

Los dispositivos de hardware y los sistemas de programación representan otro 13%, siendo el hardware el más importante, cerca del 80%. De un orden de facturación similar son los servicios que permiten que funcione Internet, con un 12%, que comprende, como se ve en el gráfico, los sistemas de pago, en la nube, el diseño y mantenimiento de los sitios de Internet y otros.


El grueso de la cadena de valor son los servicios online, el 57% del total, y sobre todo el B2C Retail y B2B Retail, que suponen unos dos tercios del total. Los juegos, los servicios de software basados en la nube, los servicios de viajes o de búsqueda son importantes, si se comparan con otros de peso similar como los sistemas de pago o el diseño y mantenimiento de webs, pero nada que ver con el B2B y B2C prestado por los gigantes tecnológicos, que entre los seis representan el 57% del total de facturación, como se ha visto en un gráfico más arriba.

 

La situación, alerta el informe, no es estática, en el sentido de que el protagonista se siente ya a gusto dentro de su terreno de juego, sino que los grandes jugadores se expanden por los cuatro costados, a lo largo y ancho de toda la cadena de valor.


En base a lo anteriormente descrito, y que en el informe está explicado con mucha mayor extensión, precisión y profundidad, ocurre que los operadores de telecomunicaciones, las telcos, se sientan presionados por todos lados y sus márgenes de actuación reducidos, al tiempo que se les demandan mayores inversiones con retornos más difíciles de lograr en cantidad aceptable.

 

Por arriba, como se ve en gráfico inferior, los servicios online están reemplazando a los servicios de telecomunicaciones tradicionales. Mientras, por debajo, la necesidad de mayor eficiencia en las operaciones está reduciendo los activos tradicionales de los operadores, sean las redes de fibra, las torres de telecomunicaciones, el núcleo de la red o los centros de datos y de tecnologías de la información. 

 

El resultado, sostiene el informe de la GSMA, es que se necesita una mayor inversión pero con unas posibilidades de negocio más reducidas. Se podrá estar más o menos de acuerdo con las cifras expuestas en el informe y la ponderación de cada apartado, pero difícilmente se puede negar que los gigantes de Internet, la media docena o a lo sumo una decena de colosos, no están contribuyendo de manera equitativa en la participación del ecosistema de Internet, una argumentación que ya estaba presente en el informe de ETNO del mes pasado, centrado especialmente en Europa, y que ahora se ha ampliado a escala mundial.

 

Aunque parezca que estos colosos tienen todas las de ganar, en las últimas semanas han recibido serios avisos de los mercados, con bruscas caídas en la cotización bursátil, siendo los casos de Netflix o de Meta los más espectaculares. Y también desde las más altas instancias de la Administración estadounidense se están investigando estas prácticas por si podrían ser constitutivas de abuso de posición dominante y de estar socavando no sólo a los competidores europeos sino también a los estadounidenses, que no tienen el tamaño suficiente para competir en igualdad de condiciones en su propio mercado nacional. Como en otros muchos temas, la actuación regulatoria y política durante los tres próximos años será fundamental para un futuro de Internet más justo para todos, en el sentido más amplio del término.