Los grandes operadores europeos han vuelto a aprovechar la conferencia inaugural del MWC para reclamar un nuevo marco regulador y normas claras de competencia que permitan construir una industria de telecomunicaciones fuerte y sostenible en la Unión Europea. Al tiempo, destacaron que los grandes retos que deberá afrontar todo el sector de las telecomunicaciones en las próximas décadas son el cambio climático, las noticias falsas y la brecha digital. Mientras los máximos responsables de Telefónica, Deutsche Telekom y Orange se lamentaban de la situación regulatoria de la industria, especialmente en la Unión Europea, el presidente de China Mobile, Yang Jie, pronosticaba, en una intervención grabada, que la economía digital de China supondrá la mitad del PIB del país en 2025.
Es ya un clásico del MWC Barcelona que los grandes operadores europeos se lamenten del mercado de telecomunicaciones tan fragmentado que existe en la Unión Europea, con un marco regulador común y 26 más específicos para cada país, con sus propios reglamentos y concesión de licencias. Ello está provocando lo que consideran una competencia excesiva y que pone en peligro la competitividad y la propia supervivencia de la industria europea, frente a unos mercados mucho más homogéneos, con sólo tres grandes operadores a nivel nacional, como en Estados Unidos y China.
En la jornada inaugural de ayer del MWC, quizás porque las circunstancias derivadas de la pandemia y del despliegue del 5G apremian más, los máximos responsables de las principales operadoras de Alemania, Francia y España pusieron mucho más énfasis que en anteriores ocasiones en la necesidad de regular mejor la industria de telecomunicaciones fija y móvil en toda la Unión Europea y que reciba todo el apoyo político y financiero de la Comisión Europea y de los Estados miembros.
La industria móvil tiene que encontrar soluciones para asegurar que su tecnología sea utilizada para reducir las desigualdades sociales y geográficas, que van en aumento, proclamó el presidente de la GSMA en la inauguración del MWC Barcelona
El presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, situó la conectividad de última generación como “el primer ingrediente” de la nueva digitalización inteligente. A su lado, como segundo ingrediente, puso tecnologías como el Edge Computing, la nube, la ciberseguridad, IoT y Big Data. Y, como último ingrediente, el sustancial incremento previsto de los datos generados por la digitalización y transformados en información gracias a la inteligencia artificial. “La verdadera evolución está ahí”, expuso Álvarez-Pallete.
“Se trata de una oportunidad extraordinaria que no podemos perder, pero también supone un gran reto. Los Gobiernos tienen que atraer inversiones en la infraestructura digital inteligente que hará posible todo eso”, afirmó, sin que haya tiempo que perder. “Tenemos que reaccionar para aprovechar la oportunidad y, para lograrlo, Europa necesita un sector de telecomunicaciones sostenible, porque de lo contrario nos quedaremos más atrás en la carrera mundial por el liderazgo digital”.
“Reclamamos un nuevo marco regulador y normas de competencia para construir una Europa digital fuerte”, demandó el presidente de Telefónica con contundencia. Esta “reclamación” propone un cambio necesario para sacar todo el partido a la digitalización, convertida en una palanca transformadora capaz de generar crecimiento, empleo de calidad, sostenibilidad e inclusión, como recuerda la compañía en un comunicado.
Aparte de este nuevo marco regulador, el presidente de Telefónica sostuvo la necesidad de “un nuevo acuerdo digital para gestionar la transición digital con los valores y las personas en el centro” y “promover una digitalización justa, inclusiva y sostenible”, de tal modo que lo digital pueda ejercer también de eje vertebrador y cohesionador si es conducido con altura de miras. “Es nuestra responsabilidad colectiva con las generaciones futuras difundir los beneficios de la digitalización y asegurarnos de no dejar a nadie atrás”. La desigualdad de oportunidades es el principal reto al que nos enfrentamos”, advirtió.
Esta necesidad de combinar el potencial de la digitalización y la conectividad con los valores y las personas se evidencia en el tratamiento y gestión de los datos, convertidos en esta revolución en un nuevo factor de producción totalmente clave por la información tan sensible que contienen. “Nuestra privacidad y nuestros datos individuales forman parte de nuestra dignidad. Tenemos derecho a saber quién los utiliza y cómo, cuánto valen y quién se beneficia de su valor”, señaló el presidente de Telefónica en su intervención inicial en la jornada apertura del MWC.
Cambio climático, noticias falsas y brecha digital
Stéphane Richard, como máximo responsable de la operadora francesa Orange pero también como presidente de la GSMA, organizadora del MWC y asociación que agrupa a la mayoría de operadores de todo el mundo, expuso los graves retos a los que se enfrenta la industria móvil a nivel global. Richard aseguró que la industria móvil tiene que encontrar soluciones para asegurar que su tecnología sea utilizada para reducir las desigualdades sociales y geográficas, que van en aumento, y desarrollar sistemas que puedan ser diseñados y desplegados mejor.
A juicio del presidente de la GSMA, la industria móvil se enfrenta a tres retos principales. El primero es el déficit en el uso de la tecnología móvil, que cifró en 4.000 millones de personas, y que no están en posición de beneficiarse de la misma, por falta de conectividad o de habilidades tecnológicas. El segundo es la necesidad de tomarse muy en serio la falta de confianza en la información que existe entre los usuarios, debido al robo de datos, la proliferación de propaganda, las noticias falsas y la manipulación de la información, lo que contribuye “a un aumento del escepticismo en la tecnología”. El tercero es el cambio climático, “el desafío más importante al que se enfrenta el mundo en la actualidad”.
Con la pandemia, y la consiguiente aceleración de la transformación digital, se han aportado algunas soluciones, como las menores emisiones de carbono, pero se debe hacer mucho más. A juicio de Richard, los operadores deben utilizar todos sus recursos y sus posibilidades para crear un mundo donde todos puedan prosperar. “El progreso real ocurrirá al centrarse en impactos futuros positivos”, y no en hacer pequeñas cosas espectaculares. “Los beneficios del progreso tecnológico para la humanidad no dependen de la tecnología sino de lo que hagamos con ella”, añadió.
“Tenemos la suerte de ser responsables de una industria que ha soportado el desarrollo y ha construido confianza a lo largo de un siglo”. La confianza, añadió, es todavía el pilar básico de una industria de telecomunicaciones fuerte, que ahora está amenazada por el creciente uso de ciberataques y de una abundancia de datos y comunicaciones que aumentan la vulnerabilidad digital. En Europa, precisó, un tercio de las compañías sufrieron ciberataques en 2020.
Con 5G, al ser el ecosistema más amplio y fragmentado, existen nuevas amenazas de ciberseguridad y otras partes de nuestra actividad también son más vulnerables, al ampliarse la digitalización. La industria, aseguró, se enfrenta a un constante aumento de las amenazas, que requieren la mejor tecnología predictiva porque “nadie puede estar protegido detrás de un mundo cerrado digital”. Fue una de las muy escasas y sutiles referencias al actual clima de enfrentamiento tecnológico entre Estados Unidos y China, con Europa en medio, en toda la jornada y parece que en el MWC, pese a su notoria importancia.
Mismo tratamiento a los proveedores de información
Timotheus Höttges, consejero delegado de la operadora alemana Deutsche Telekom (DT), se mostró muy combativo con los proveedores de información como WhatsApp o Microsoft, a los que citó explícitamente porque considera que generan una gran parte del tráfico de las redes pero no pagan nada de su infraestructura y costes de mantenimiento, otra de las quejas tradicionales de los operadores europeos en todos los foros y especialmente en el MWC.
Höttges se preguntó cómo puede ser que el 80% del tráfico de las redes esté generada por proveedores de comunicaciones (conocidos en el sector como hyperscalers u OTT [Over the Top], los Facebook, Apple, Google, Microsoft o Amazon, entre otros) que no pagan ni un céntimo por usar la infraestructura de telecomunicaciones y extraigan todo el valor de los datos de nuestros consumidores. También cuestionó por qué Microsoft no es tratada como una plataforma de telecomunicaciones por los reguladores europeos, señalando que la compañía estadounidense está “evolucionando su red y sistemas de conexión en el borde con sus redes de fibra para suministrar conectividad a los clientes”.
En su intervención anterior, el presidente de Telefónica había calificado a la actual regulación europea del sector como totalmente obsoleta y recordó que “hasta un 40% de todo el tráfico no es humano, sino que es generado por máquinas que hablan entre sí”. Los datos, dijo, forman parte de la dignidad de la persona y “los ciudadanos tienen derecho a saber quién los utiliza y cómo, cuánto valen y quién se beneficia de su valor”. La Comisión Europea ha propuesto unas leyes que garanticen la privacidad de los datos y que no salgan de las fronteras de la Unión Europea, pero está encontrando resistencias para su futura aprobación por el Parlamento.
Los operadores necesitan cambiar de mentalidad y no estar tan preocupados con la propiedad de partes de las redes sino de “orquestarlas de la forma apropiada”, señaló el responsable de Deutsche Telekom
Höettges insistió, como antes Telefónica, en la necesidad de crear una regulación que facilite el juego limpio en la Unión Europea y animó a los políticos con coraje a aprobarla. De lo contrario, añadió, “Europa se quedará muy atrás” con respecto a Estados Unidos, Asia o China, con regulaciones muy claras. “Europa, sostuvo, tiene que despertar y cambiar la forma en que quiere conducir la digitalización”.
También al final de la jornada inaugural, Stéphane Richard abandonó su posición más neutral y recordó que los operadores son compañías que se deben a sus accionistas y deben ser rentables, en un pequeño coloquio sobre la situación de Europa junto a Álvarez-Pallete, también físicamente presente, y Höettges, que no lo estaba pero sí en conexión directa desde Alemania. Richard apuntó que, si no se pone remedio a la situación actual, se corre el riesgo de que en Europa sólo haya una buena conectividad en las grandes ciudades, donde el servicio es rentable, y se excluya a las zonas rurales. De ahí el papel central de los Estados miembros.
El presidente de Telefónica aseguró en el debate posterior que sus principales competidores no eran ni Orange ni Vodafone. “El problema es que la pandemia ha aumentado la competencia y ha entrado el mundo digital, sin que la reglamentación se haya adaptado”. Y apostilló: “La reglamentación actual se basa en la situación de las redes del siglo pasado; es totalmente obsoleta”.
Después de haber aportado su punto de vista sobre la situación actual en Europa, Höettges se refirió a la visión del sector en 2030, después de haber estado un año y medio luchando contra la pandemia y facilitando la conectividad con sus redes. Para el máximo responsable de la principal operadora europea, en la próxima década aparecerán nuevos retos cuando la conectividad sea “un derecho humano”. Los operadores, argumentó, necesitan cambiar de mentalidad y no estar tan preocupados con la propiedad de partes de las redes sino de “orquestarlas de la forma apropiada”.
5G abre un nuevo capítulo en la economía digital
Yang Jie, presidente de China Mobile, el operador más importante del mundo, se mostró totalmente ajeno a estos planteamientos señalados por sus colegas europeos en una intervención previamente grabada. Yang Jie mostró la transparencia inferior, en la que señala que la economía digital crece más rápido y que 5G abre un nuevo capítulo. Según los datos que aparecen en este gráfico, la economía digital de China ascendió a 39,2 billones de yuanes en 2020, que representan nada menos que el 38,6% del PIB chino.
Más sorprendente, quizás, es que la economía digital china crecerá anualmente el 11% durante el próximo lustro y que en 2025 alcanzará la mitad del PIB, según las estimaciones. A la derecha del gráfico aparece la potente infraestructura construida en China, con cerca de 850.000 estaciones base desplegadas, unos 330 millones de usuarios móviles 5G y alrededor de 10.000 casos de uso industriales innovadores, que van desde la demostración hasta la promoción a nivel masivo.
En otros gráficos, Jie señaló la necesidad de construir plataformas inteligentes a nivel intermedio, cultivar un ecosistema digital inteligente de tecnologías e industrias, innovar a nivel de productos y optimizar la organización de las estructuras, los equipos humanos y directivos y reforzar las redes, obviamente digitales e inteligentes. Según el cálculo expuesto, el tamaño del mercado de servicios de información en China fue de 10,8 billones de yuan en 2020, frente a los 8,7 billones del año anterior. Para 2025, se prevé un crecimiento anual del 14% y superar los 20 billones de yuan, unos 2,6 billones de euros.
Jie citó al final a Cervantes y entre sus propuestas destacó especialmente facilitar conjuntamente la construcción de infraestructura y la evolución del espacio digital, así como promover, también conjuntamente, la integración, convergencia e innovación de las tecnologías clave en el espacio digital, como refleja la transparencia inferior.
Debido quizás a que la intervención del responsable de China Mobile era grabada y sin interacción con el resto de ponentes, dio la impresión de que China va a su aire en el tema de 5G y de la construcción de la economía digital, sin importarle en exceso lo que ocurra en Europa o en el conflicto tecnológico entre Estados Unidos y China, que tantas repercusiones está teniendo, como en el deterioro de la cadena global de suministro y aprovisionamiento de todo tipo de productos, especialmente semiconductores. En cualquier caso, quedó patente que el despliegue de 5G y del paralelo desarrollo fulgurante de la economía digital está acarreando la aparición de numerosas oportunidades en todo el mundo y sectores, al igual que de importantes retos.