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Los operadores europeos reclaman mejor regulación y financiación de sus infraestructuras

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Los grandes operadores europeos de telecomunicaciones fijas y móviles han vuelto insistir en las últimas semanas en la necesidad de regular mejor el sector, con dos demandas concretas pero de gran calado: que se puedan producir fusiones y adquisiciones de operadores de forma más flexible en Europa y que los grandes proveedores de información contribuyan de forma “justa” en las inversiones de la infraestructura de Internet que realizan los operadores europeos.

 

Los organismos reguladores europeos están estudiando ambos temas y deberían pronunciarse en breve, pero un informe preliminar de la asociación europea de reguladores (BEREC) duda que esté justificado que los proveedores contribuyan a la inversión de los operadores, porque consideran que esta inversión se hace principalmente para ampliar la cobertura y no por el aumento del volumen de tráfico que realizan los grandes proveedores de información, que es el argumento principal de la demanda de los operadores.

 

La regulación del marco competitivo en el sector de las telecomunicaciones siempre ha sido una cuestión muy conflictiva y de difícil solución, porque entran en juego aspectos normativos, de evolución tecnológica y de una realidad del mercado muy cambiante, especialmente en Europa, con más de un centenar de operadores que deben sujetarse a la regulación propia de cada uno de los Estados miembros de la Unión Europea, aparte de la legislación comunitaria e internacional.

La regulación final del sector de telecomunicaciones europeas, tanto fijas como móviles, afectará a todos los consumidores y empresas y repercutirá finalmente sobre la competitividad de Europa durante toda esta década como mínimo

Durante la pasada década y las anteriores, el desarrollo de Internet y de las sucesivas generaciones de tecnología móvil han generado fricciones entre los reguladores nacionales, los operadores y los proveedores de información. Los operadores siempre se han quejado de que debían hacer grandes inversiones iniciales en infraestructura y por los pagos de las licencias de uso del espectro móvil sin que los proveedores de información aportaran nada, ya que las inversiones realizadas se sufragaban con las tarifas cobradas a los consumidores finales.

 

Con la puesta en marcha de la tecnología 5G y la explosión del uso de Internet a todos los niveles, la situación ha cambiado en los dos últimos años. Los costes de despliegue de 5G y de la infraestructura de fibra óptica han aumentado al ser necesaria una mayor cobertura y capilaridad de las redes, sin que se prevea que los ingresos de los operadores vayan a aumentar sustancialmente en los próximos años, en gran parte porque los consumidores ya están satisfechos con los móviles 4G actuales y la fuerte competencia hace que no sea muy viable aumentar las tarifas.

 

La práctica de los dos últimos años de los grandes operadores europeos de fidelizar a sus mejores clientes con contratos de llamadas y datos ilimitados, en muchos casos con la inclusión de 5G sin coste adicional, da poco margen para que los operadores incrementen la facturación. El entorno de crisis económica y el virtual estancamiento de los usuarios para los próximos años provoca un aumento de la competencia entre operadores y de bajada de tarifas para los servicios más básicos. Siempre ha sido así en Europa, pero ahora más.

 

La Comisión Europea es consciente de que la competitividad internacional de la Unión Europea pasa por tener a finales de esta década conectividad gigabit en todos los hogares y una gran cobertura de telefonía móvil, preferentemente 5G, en todos los sitios. Esto hace que la Comisión Europea esté abierta a negociar una cierta flexibilidad con los operadores, especialmente en los mercados más desfavorecidos de la Unión Europea, pero siempre dentro de un marco regulador y legislativo estricto. Representantes de los operadores europeos se reunieron hace unos días en Bruselas con Thierry Breton, el comisario que se encarga de estos temas, para insistir en sus demandas. La multitud de problemas que se han originado en los últimos meses hace, sin embargo, que el margen de negociación sea más estrecho y con demandas de todo tipo al alza.

 

José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica y del Consejo de la GSMA, la asociación mundial de operadores, señaló que Europa “necesita urgentemente potenciar su autonomía estratégica para superar la grave crisis actual y los retos y desafíos de esta nueva era digital” el pasado 18 de octubre en Berlín, aprovechando la celebración del foro Hispano-Alemán. “El concepto de autonomía estratégica debe construirse sobre pilares internos firmes; permitirá una Europa más y mejor preparada para colaborar con sus socios, siendo un paso fundamental para reforzar los lazos transatlánticos, las relaciones entre países y la presencia global”, aseguró.

 

“Las telecomunicaciones desempeñan un papel clave para la autonomía estratégica de Europa, porque son la puerta al futuro; por eso es tan importante que haya un sector de las telecomunicaciones robusto y sostenible”, añadió José María Álvarez-Pallete. Y recalcó: “Es necesario revisar el marco regulatorio y de competencia de Europa para garantizar la contribución de todos y apostar por una Europa con valores. La normativa de la Unión Europea debería fomentar la negociación entre operadoras y grandes generadoras de tráfico para que todos los agentes del ecosistema digital contribuyan en el esfuerzo inversor”.

 

En una intervención la semana pasada en Madrid en el ágora de eleconomista.es, Pallete lamentó la nula inversión que hacen seis empresas (sin mencionar a Google, Amazon, Meta, Netflix, Microsoft y Apple), pese a acaparar el 60% del tráfico de Internet. El presidente de Telefónica recordó que “los operadores europeos destinan entre 30.000 y 40.000 millones de euros anuales simplemente en la capacidad de las redes” para dar respuesta a un incrmeento del tráfico de datos del 30% anual.

 

Hace cuatro semanas, el 26 de septiembre, los 17 consejeros delegados de las principales operadoras europeas, entre ellas Deutsche Telekom, Orange, Vodafone, BT, TIM, Swisscom, KPN, Telia, Telenor y Telefónica, firmaron un comunicado  sobre el papel de la conectividad para hacer frente a los retos actuales de la UE. “Nuestro propósito es empoderar a las comunidades a través del acceso a infraestructuras y servicios digitales inclusivos, a la vez que reducir fuertemente las emisiones de carbono”.

 

Tener un ecosistema de Internet sostenible y próspero interesa a todos los ciudadanos europeos y permite lograr los objetivos de la UE. Se debe actuar rápido: Europa ha perdido muchas de las oportunidades del Internet para el consumidor y ahora debe fortalecerse para la era del metaverso, añade el comunicado. “Pero para que ocurra, y sea sostenible en el tiempo, consideramos que los grandes generadores de tráfico deberían hacer una contribución justa a los elevados costes que se imponen actualmente a las redes europeas”. Debemos asegurarnos que en Europa no haya escasez de infraestructura digital, puntualizan los operadores en su comunicado conjunto.

 

“Una contribución justa beneficiaría primero y ante todo a los consumidores y ayudaría a tener un despliegue [de redes] más rápido e inclusivo, con mayor cobertura, resiliencia y calidad”. Beneficiaría también, añaden los operadores europeos, “a las pequeñas y medianas empresas, que recientemente han respaldado la necesidad de que las compañías tecnológicas “contribuyan adecuadamente” a su despliegue: 5G y la fibra son claves para la competitividad de las pequeñas empresas”. Y celebran las declaraciones de la vicepresidenta Margrethe Vestager de que los gigantes tecnológicos deberían compartir los costes de las redes de telecomunicaciones, así como de la consulta anunciada por el comisario Thierry Breton sobre el tema.

Informe contrario a que paguen los proveedores

El pasado 7 de octubre se publicó un informe preliminar  de BEREC, el organismo que agrupa a los reguladores europeos de comunicaciones electrónicos, sobre las premisas en que se basan los operadores europeos para solicitar una “compensación directa” de los proveedores de información a través de Internet a los operadores. BEREC deja claro, y lo subraya en negrita, que el informe sólo se refiere a los supuestos en que se basa la necesidad de regular las remuneraciones de los proveedores de contenidos y aplicaciones (CAP) a los proveedores de servicios de Internet (ISP). BEREC añade que contribuirá al debate sobre la contribución de los CAP a las inversiones en red y al desarrollo del ecosistema europeo de Internet y al logro de los objetivos 2030 de la UE.

 

El informe, sin embargo, supone un jarro de agua fría para las expectativas de los operadores de que los CAP, por lo menos los más grandes, paguen por el uso que están haciendo de las redes de los operadores europeos. Según los operadores, en los últimos diez años han invertido cerca de medio billón de euros en las infraestructuras fijas y móviles de Europa y un muy reducido número de proveedores líderes, con una pequeña o ninguna contribución al desarrollo de las redes nacionales de telecomunicaciones, representan ahora cerca del 55% de todo el tráfico que soportan las redes, como sostiene un informe del pasado mayo realizado por Axon por encargo de ETNO y que se mencionó en este observatorio  el pasado mayo.

 

El tema, por tanto, no es nuevo y el informe preliminar de la BEREC tampoco lo niega. La asociación de reguladores reconoce que el tráfico de Internet ha crecido de forma estable y muy elevada en los últimos años en Europa y que las redes soportan un mayor tráfico de contenidos provenientes, muy mayoritario, especialmente de Netflix, Google, Facebook y Amazon.

La normativa de la Unión Europea debería fomentar la negociación entre operadoras y grandes generadoras de tráfico para que todos los agentes del ecosistema digital contribuyan en el esfuerzo inversor, considera el presidente de Telefónica

Pero BEREC es de la opinión que esto no altera las premisas básicas del régimen actual de pagos y que las conclusiones de la Conferencia mundial de telecomunicaciones internacionales de 2012 son todavía válidas, aunque se muestra dispuesta a seguir estudiando el tema. El problema, para BEREC, es que “desviarse de los actuales principios podría causar un daño significativo al ecosistema de Internet y los podrían explotar su monopolio en las terminaciones”.

 

BEREC ha expresado sus dudas de que hagan falta ampliaciones de capacidad de las redes para atender el aumento del volumen de tráfico IP, que es uno de los argumentos centrales para reclamar la aportación de las grandes tecnológicas. Para BEREC, la proporción de los costes de ampliación de las redes es muy baja en relación al incremento del volumen de tráfico. La mayoría del incremento de las redes se debe a la ampliación de la cobertura, sostiene.

 

Para la organización, debe haber una “justificación adecuada para intervenir en el mercado” e Internet ha demostrado su capacidad para auto-adaptarse a las condiciones cambiantes, como el incremento de tráfico y cambios en los tipos de demanda. La conclusión es que un cambio de modelo de pago debería requerir, en todo caso, una intervención regulatoria muy estudiada y meditada.

Cooperación y fusión entre operadores

La otra gran demanda de los operadores europeos es que se facilite su concentración, a base de fusiones o cooperaciones entre ellos, para lograr mayores sinergias, tanto a nivel nacional como entre distintos países europeos. Se trata de un tema que también es extraordinariamente complejo, porque puede afectar a la competencia de mercado dentro de un mismo país y beneficiar a unos en detrimento de otros, aparte de que deben estar de acuerdo los reguladores nacionales implicados, a nivel comunitario y también internacional.

 

Un reciente informe sobre “Eficiencias en las cooperaciones y fusiones en las redes de telecomunicaciones”, del pasado 11 de octubre, realizado por Brattle Group por encargo de ETNO, la Asociación europea de operadores de redes de telecomunicaciones, analiza el tema . La tesis del informe es que la Comisión Europea no reconoce actualmente la mejora de eficiencias que puede representar una cooperación o fusión entre operadores y su beneficio para los consumidores.

 

En estos momentos, se están estudiando dos grandes fusiones a nivel europeo, de cuyo desenlace puede depender el futuro del mercado de telefonía móvil en los países involucrados. Uno de ellos trata sobre si la Comisión Europea actuó correctamente en 2016 al denegar que Telefónica UK (O2) comprar Hutchinson 3G UK (Three). Una conclusión  del 20 de octubre de la Abogada General del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, Juliane Kokott, “propone que se anule la sentencia del Tribunal General y que le sea devuelto el asunto para que se pronuncie sobre el litigio”, entre otras consideraciones. Se espera un pronunciamiento final durante el año que viene.

 

Dependiendo de cómo acabe el litigio de 2016, puede repercutir de una forma u otra la propuesta de fusión en el Reino Unido entre los operadores móviles británicos Vodafone y Three, así como la propuesta de fusión entre la filial española de la operadora francesa Orange y MásMóvil. Esta última operación tendría importantes repercusiones en España, porque si se produjera la fusión quedarían tres operadores móviles nacionales: Telefónica, Vodafone y el combinado Orange-MásMóvil, en el caso de que no se creara un cuarto operador con sobrantes impuestos por la fusión.

 

La alteración de las reglas de competencia cuando se aprueba una fusión siempre comporta múltiples concesiones por todos lados, para minimizar el impacto sobre la situación del mercado anterior, los llamados “remedies” en la jerga del sector. En el caso de una fusión entre Orange y MásMóvil también habría que reducir la cuantía del espectro 5G que tendrían ambos unidos, ya que no puede superar por ley los 100 GHz. El espectro sobrante, si no se amplía el tope, debería repartirse entre los otros operadores o dejarlo para una futura subasta. La cuantía del espectro 5G es probablemente un tema menor con una operación de este calado, pero da idea de su gran repercusión y alteración del statu quo actual.

 

En su intervención el 11 de noviembre en el acto de eleconomista.es, José María Álvarez-Pallete consideró que el modelo regulatorio que prevalece en Europa procede de los antiguos monopolios del sector de las telecomunicaciones (los llamados incumbentes) y ha llegado “el momento de cambiarlo y mirar el mundo como lo hace Estados Unidos”. En su opinión, los reguladores europeos tratan de fragmentar las cuotas de mercado procedentes de los monopolios estatales, siempre con objetivos deflacionistas.

 

Pallete mostró su apoyo en el acto de Madrid a la fusión anunciada entre Orange España y MásMóvil, ya que “no podemos decir unas cosas y hacer otras”, refiriéndose a la conveniencia de que existan movimientos de consolidación dentro del sector. “Si la fusión da como resultado más inversión y más competencia, no se debería frenar”, añadió el presidente de Telefónica. Su opinión es importante porque, aparte de ser el máximo responsable de Telefónica, hace unos días ha sido ratificado como presidente del consejo de la GSMA al menos un año más, la organización que reúne a la gran mayoría de operadores de telecomunicaciones de todo el mundo.

 

Una cooperación entre distintos operadores es un proceso más sencillo y de hecho ya es habitual y totalmente aceptado que los operadores compartan una misma red, en búsqueda de una mayor eficiencia. Pero también es aconsejable que se establezcan reglas claras de cooperación para que todos sepan a qué puedan atenerse. Muchos expertos consideran que, dependiendo de cómo acaben las reglas de juego comunitarias de financiación de las redes europeas y del proceso de fusiones, las redes de telecomunicaciones europeas pueden ser de una forma u otra hacia 2025 y más allá. En los recientes informes auspiciados por ETNO y la GSMA queda claro que es un asunto que afecta a todos los consumidores y empresas europeas y no sólo a operadores de telecomunicaciones, proveedores de contenido, reguladores y políticos.