La Comisión Europea presentó el pasado martes el contenido de sus esperadas propuestas legislativas para ejercer un mayor control sobre los gigantes tecnológicos de Internet durante al menos esta década. Se trata de dos proyectos de ley, la Digital Services Act (DSA) y la Digital Market Act (DMA). El objetivo principal de DSA es bloquear los contenidos ilegales de Internet mientras que DMA quiere que las grandes plataformas digitales ofrezcan una información veraz y transparente y no favorezcan sus propias propuestas. La idea central, resumió la vicepresidenta de la competencia es que lo que “está prohibido offline lo esté también online”.
Ahora empieza el largo proceso de negociación y aprobación de estos proyectos de ley comunitarios, que podría durar cerca de dos años, aunque muchos países, como Alemania, están ultimando leyes nacionales para que entren en vigor antes de que los aprueben el Parlamento comunitario. Se contempla la imposición de multas millonarias en caso de incumplimiento e incluso la obligación de vender unidades de negocio en el caso de falta muy grave. Los gigantes tecnológicos han puesto el grito en el cielo y se espera que todos sus grupos de presión trabajen arduamente para rebajar el alcance de las medidas que quiere imponer Bruselas.
El entorno político mundial es bastante propicio para presionar a los gigantes de Internet. Este mismo martes, Gran Bretaña presentó un proyecto de ley para prohibir la difusión de contenidos ilegales y de enaltecimiento del terrorismo o incitación al odio en las grandes plataformas, con la obligación de eliminarlos de Internet. Australia y Japón también quieren adoptar medidas similares, mientras que China está restringiendo el poder de sus plataformas de comercio electrónico como Alibaba o Tencent y poner coto a su poderío financiero. En Estados Unidos, se ha llamado a declarar en las últimas semanas a los máximos responsables de las plataformas de Internet e incluso hay intentos legislativos para segregarlas, como en el caso de Facebook.
La DSA y la DMA tienen dos objetivos: crear un espacio digital seguro que proteja los derechos de los usuarios de servicios digitales y establecer reglas de juego justas que propicien la innovación, el crecimiento y la competitividad
Esta propuesta legislativa comunitaria podría servir de modelo para otros muchos países. Europa se ha erigido en el pasado como punta de lanza para muchas iniciativas legislativas que han prosperado en otros países, como pasó con la ley de la privacidad (GDPR) o las reglas REACH para la protección de la salud y el medio ambiente de los compuestos de la industria química. Lo importante para los expertos, con todo, es que haya en todo el espacio comunitario un instrumento jurídico potente y que se pueda actuar más rápido, más fuerte y más pronto, como quiere Bruselas. Porque sin capacidad para imponer severas sanciones no se consiguen resultados.
Productos y servicios digitales seguros y variados
Margrethe Vestager, vicepresidenta encargada de la competencia, aseguró en su comparecencia del 15 de diciembre que las dos propuestas de ley tienen un único propósito: “asegurarse de que nosotros, como usuarios, tenemos acceso a una amplia selección de productos seguros y de servicios en línea. Y que los negocios que operan en Europa puedan competir libremente y de manera justa online como lo han hecho offline”. Y remachó: “Deberíamos hacer nuestras compras de forma segura y confiar en las noticias que leemos porque lo que es ilegal offline es igualmente ilegal online”.
Thierry Breton, comisario europeo del mercado interior, reconoció que muchas plataformas en línea “están jugando un papel central en las vidas de nuestros ciudadanos y negocios, e incluso en nuestra sociedad y en la democracia en sentido amplio”. Con nuestras propuestas, precisó, “estamos organizando nuestro espacio digital para las próximas décadas, con reglas armonizadas, obligaciones ex ante, mejor vigilancia, sanciones disuasorias y medidas tomadas más rápidamente para asegurar que cualquiera que ofrezca y utilice servicios digitales en Europa se beneficie de la seguridad, confianza, innovación y de las oportunidades de negocio existentes”.
Los valores europeos están en el núcleo de ambas propuestas, para dar mejor protección a los consumidores europeos y a sus derechos fundamentales online, que den paso a unos mercados digitales más justos y abiertos para todos, insistieron ambos responsables comunitarios. El panorama de los servicios digitales es diferente ahora al de hace veinte años, cuando la directiva de comercio electrónico fue adoptada. Y Vestager precisó que también era distinto al de hace cinco años, cuando la Comisión, y ella como responsable, abrió un proceso sancionador a Google por abuso de posición dominante y que aún está pendiente de recursos.
La industria europea de telecomunicaciones ha dado la bienvenida a la propuesta legislativa de la Comisión Europea y confía en que la UE fije un marco global para los mercados digitales en línea con la DSA y DMA
La propuesta de ley de servicios digitales (DSA) establece obligaciones en toda la UE a todos los servicios digitales que conecten consumidores con bienes, servicios o contenidos, incluyendo nuevos procedimientos para una eliminación rápida de los contenidos ilegales y una protección clara de los derechos fundamentales de los usuarios en línea. El marco de actuación quiere reequilibrar los derechos y responsabilidades de los usuarios, de las plataformas de intermediarios y de las autoridades públicas para que estén basados en valores europeos.
La DSA introducirá una serie de obligaciones para los servicios digitales armonizadas a nivel de la UE y en función del tamaño de estos servicios y de su impacto. Las plataformas muy grandes deberán asegurarse, además, de tomar medidas para evitar que sus sistemas abusen. Las plataformas que alcancen a más del 10% de la población de la UE (45 millones de usuarios) serán consideradas de naturaleza sistémica, dice la propuesta, y estarán sujetas no sólo a obligaciones específicas sino a controlar sus propios riesgos y a su estructura. La propia comisión supervisará directamente estas grandes plataformas y las podrá sancionar directamente.
La DMA quiere evitar las consecuencias negativas los comportamientos de algunas plataformas que actúan como “guardianes” digitales del mercado. Estas plataformas tienen un impacto significativo sobre el mercado y pueden llegar a establecer sus propias reglas y ser un cuello de botella entre negocios y consumidores e, incluso, controlar ecosistemas de plataformas completas.
Como ejemplo de estas prácticas, se cita en la propuesta el uso injustificado de datos de negocios que operan en estas plataformas o situaciones donde los usuarios están encerrados en un servicio particular o tienen opciones limitadas para pasar a otro servicio. La DMA propone que se aplique sólo a los grandes proveedores de servicios de plataformas troncales proclives a prácticas desleales y que se encuadren en los criterios objetivos legislativos que los designa como guardianes (“gatekeepers”).
Las plataformas más importantes tienen más responsabilidad
Si una idea central es que lo que está prohibido en el mundo analógico lo esté también en el mundo digital, la otra idea fuerza es que “como más importante es una plataforma, más responsabilidades tiene”, como enfatizaron los dos comisarios durante su intervención. Las “sanciones disuasorias” son otro de los pilares básicos: las multas podrían llegar hasta el 6% de la cifra de negocios mundial para las infracciones de las reglas de contenidos y hasta el 10% en el caso de obstaculizar la libre competencia. Como último recurso, se amenaza con prohibir el servicio o desmantelar unidades de negocio.
La propuesta define una serie de criterios para considerar a una plataforma como “sistémica” y sometida a las reglas de la DMA, como tener, desde al menos tres años, 45 millones de usuarios finales y 10.000 empresas clientes, lograr una cifra de negocio superior a los 6.500 millones de euros o una capitalización bursátil de la menos 65.000 millones de euros. No los menciona, pero entrarían en esta clasificación diez actores, entre ellos las estadounidenses Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft (las conocidas como GAFAM), la europea Booking y las asiáticas Alibaba y Bytedance (TikTok). También podrían entrar Samsung y Snapchat.
Al final, la DSA y la DMA tienen dos principales objetivos, según la Comisión: crear un espacio digital seguro, donde se protejan los derechos fundamentales de todos los usuarios de servicios digitales, y establecer unas reglas de juego justas que propicien la innovación, el crecimiento y la competitividad, tanto en el Mercado Común Europeo como globalmente.
Para lograr que sean rápidamente retirados los contenidos ilegales, se quiere dejar a un lado el “código de conducta” que establecieron las grandes plataformas en 2016 y que ha servido de poco, como aparcar también la idea de que la empresa que aloja contenidos no tiene responsabilidad sobre ellos. El reglamento que se quiere aprobar impone a los intermediarios en línea que cooperen con los reguladores para retirar los contenidos ilegales lo más rápido posible, tan pronto como se detecten. Las grandes plataformas, además, deberán dotarse de equipos especiales para una actuación muy rápida.
Cada Estado miembro designará una autoridad nacional para que se encargue de regular las redes, que se reunirán en un consejo permanente a nivel europeo. La Comisión, además, podrá intervenir en apoyo de algún Estado miembro o directamente, con un modelo similar al de la Europol en materia de terrorismo. Cada Estado podrá exigir la retirada de un contenido, aunque la plataforma esté basada en otro país del continente europeo. En materia de terrorismo, no hay problema porque los protocolos de actuación están muy establecidos, pero en el caso de incitación al odio puede ser más problemática la demanda de retirada. Cada país, además, tiene sus propias reglas para definir lo que constituye un contenido ilegal.
La industria europea de telecomunicaciones ha dado la bienvenida a la propuesta legislativa de la Comisión Europea. Como asegura en su comunicado, “somos optimistas de la UE pueda fijar un marco global para que los mercados digitales sean competitivos, no discriminatorios, responsables y justos, en línea con la DSA y DMA”. La Unión Europa tiene la oportunidad para encauzar estos mercados de las plataformas digitales para que nuestras sociedades sean más inclusivas y beneficien a los ciudadanos europeos y a las compañías de todos los tamaños, añade.
En la toma de posición conjunta entre la GSMA, la asociación que reúne a la gran mayoría de operadores de telecomunicaciones, y la ETNO, la asociación de operadores de redes de telecomunicaciones europeos, se considera que los esfuerzos de la Comisión Europea para crear la DSA “tiene el potencial de ser uno de los ejercicios de política tecnológica más importantes de nuestra generación” y propone una serie de recomendaciones a la hora de diseñar la DSA, especialmente a la hora de regular los “digital gatekeepers”.