La Comisión Europea ha publicado una recomendación en la que urge a los Estados miembros que aceleren y faciliten el despliegue de redes 5G, a base de agilizar los permisos para instalar torres de telecomunicaciones, mejorar el acceso a las licencias del espectro y coordinar su asignación entre países. También demanda un rápido desarrollo de las redes de fibra óptica de alta velocidad y los servicios 5G en toda la Unión Europea y solicita a los Estados miembros que identifiquen y compartan sus mejores prácticas antes del 20 de diciembre, para aprobar una normativa unitaria, o “caja de herramientas”, el 30 de marzo de 2021. La Comisión Europea prevé destinar “no menos del 20%” del fondo de recuperación de la UE a las tecnologías digitales, principalmente al desarrollo de redes 5G y de fibra óptica, como señaló su presidenta, Ursula von der Leyen, en su discurso inaugural del Estado de la Unión el pasado 16 de septiembre.
“La banda ancha y la conectividad 5G son el pilar básico para una transformación verde y digital de la economía, tanto si hablamos de transporte y energía, de salud pública y educación o de manufactura y agricultura”, destacó Margrethe Vestager, vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europa y responsable de la estrategia para tener una “Europa preparada para la era digital”, al precisar la agenda digital comunitaria.
Para Vestager, la pandemia ha puesto de relieve la gran importancia que el acceso al Internet de muy alta velocidad tiene para los negocios, los servicios públicos y los ciudadanos, pero también la necesidad de acelerar el despliegue de 5G. Por ello, recalcó, “debemos trabajar conjuntamente para tener una rápida implantación de las redes digitales sin más retrasos”.
Thierry Breton, comisario para el Mercado Interior, también es un firme convencido de la importancia capital que la digitalización tiene para el futuro de Europa. “Las infraestructuras digitales han demostrado que han sido cruciales durante la pandemia para ayudar a los ciudadanos, los servicios públicos y los negocios, aunque se hayan reducido algunas inversiones recientemente”, aseguró.
“Tenemos la gente, las ideas y la fortaleza para lograr el éxito”, motivo por el cual “invertiremos el 20% del fondo NextGenerationUE en la digitalización”, anunció la presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, en su discurso del Estado de la Unión
En unos momentos en que el acceso al Internet de banda ancha representa un activo fundamental para los europeos y una necesidad estratégica para las compañías, la Comisión Europea y los Estados miembros, “debemos facilitar y acelerar el despliegue de una fibra segura y de redes 5G”. Breton remachó que “una mayor conectividad no sólo contribuirá a crear empleos, fomentar un desarrollo sostenible y modernizar la economía europea sino que también ayudará a que Europa sea más resiliente y consiga una autonomía tecnológica”.
Las palabras de Vestager y Breton están en total sintonía y cuentan con el pleno respaldo de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. En su primer discurso del Estado de la Unión
ante el plenario del Parlamento Europeo, von der Leyen proclamó, respecto al plan de digitalización, que “Europa debe actuar ahora; de lo contrario, otros lo harán antes y fijarán las normas”. Destacó también la necesidad de proteger los datos industriales, un segmento donde Europa “está a la vanguardia” mundial, y anunció que cada ciudadano europeo tendrá “una identidad digital europea”, que se podrá utilizar en toda Europa para cualquier tema y “permitirá controlar los datos que se comparten y el uso que se hacen de ellos”.
Respecto a las infraestructuras, van der Leyen precisó que “queremos enfocar nuestras inversiones a una conectividad segura y a la expansión de 5G, 6G y fibra”. “Tenemos, apostilló, la gente, las ideas y la fortaleza como Unión para lograr el éxito”, motivo por el cual “invertiremos el 20% del fondo de recuperación europeo, conocido como NextGenerationUE, en la digitalización”. “Queremos, añadió a continuación, liderar el camino europeo de la era digital: basado en nuestros valores, nuestra fortaleza y nuestras ambiciones globales”.
Europa, recalcó la presidenta de la Comisión Europea, “deberá ser más verde y más tecnológica”. Anunció que se ha fijado el objetivo de que el 30% de los 750.000 millones de euros del fondo NextGenerationUE se destine a financiar nuevos proyectos de tecnologías verdes, como el mayor uso del hidrógeno, la construcción de un millón de puntos de recarga o que el sector de la construcción sea energéticamente más eficiente.
El medio ambiente y el cambio climático también son temas prioritarios y ligados a lograr una Europa verde. Para van der Leyden, el objetivo de reducir las emisiones en al menos el 55% respecto a los niveles de 1990, frente al objetivo del 40% anterior, es “ambicioso, posible y beneficioso para Europa”. “Podemos hacerlo”, enfatizó, y recordó que las emisiones han bajado el 25% desde 1990, pese a que la economía europea ha crecido más de un 60%.
“La banda ancha y 5G son el pilar básico para la transformación verde y digital de la economía, sea transporte y energía, salud pública y educación o manufactura y agricultura”, destaca Margrethe Vestager, vicepresidenta ejecutiva de la CE
Dos días después del discurso de la presidenta, la Comisión Europea publicó una Recomendación, en la que solicita a los Estados miembros que amplíen la inversión para tener una infraestructura de conectividad de banda ancha de muy alta capacidad, incluyendo las redes 5G, porque entiende que es el bloque fundamental de la transformación digital y un pilar esencial de la recuperación que se quiere para la Unión Europea.
Como precisa el documento, la Recomendación debe servir de guía para tener una infraestructura que soporte la recuperación de la economía europea, lastrada por la crisis de la Covid-19, y se desarrolle con las mejores prácticas, o “caja de herramientas”. El objetivo es triple: reducir el coste del despliegue de las redes y aumentar su velocidad de transmisión; facilitar el acceso al espectro 5G con procedimientos que faciliten la inversión y sean ágiles y rápidos y, en tercer lugar, establecer un proceso que asigne el espectro de forma coordinada en Europa y facilite que haya servicios 5G innovadores transfronterizos.
El documento establece que hacia el 20 de diciembre de este año los Estados miembros deberían haber identificado estas mejores prácticas y compartirlas entre ellos y con la Comisión para que hacia el 31 de marzo de 2021 se acuerde la “caja de herramientas” definitiva; que servirá para ponerla en marcha, con carácter urgente, con una hoja de ruta detallada para cada país. Un año después, cada Estado miembro deberá realizar un informe con los progresos realizados. Se considera que la coordinación entre Estados miembros es fundamental para lograr una infraestructura más rápida, útil y económica.
En paralelo, y relacionada con la Recomendación para tener una infraestructura de muy alta velocidad, la Comisión hizo el mismo 18 de septiembre una propuesta de reglamento para tener varios superordenadores europeos de altas prestaciones , que sean capaces de resolver los complejos problemas a los que se enfrenta la sociedad europea. Servirían, además, para desarrollar y aplicar tecnologías clave para explotar el potencial de los datos, como la inteligencia artificial, la analítica y la seguridad de los datos. Esta propuesta es una evolución de la iniciativa EuroHPC de octubre de 2018, con los mismos objetivos a largo plazo.
La Comisión prevé la construcción de ocho superordenadores hasta 2022, cinco de los cuales deberían tener una capacidad de cuatro petaflops, o cuatro billones de operaciones de coma flotante por segundo, entre los 50 más avanzados del mundo. Los otros tres deberían ser aún más potentes, de 150 petaflops. Se quiere que sirvan para la investigación médica, la innovación industrial o las previsiones meteorológicas.
A partir de 2023, se desarrollaría un superordenador con capacidad exaflop, de más de 1.000 petaflops, y con computación cuántica. El presupuesto del proyecto para los próximos seis años es de 8.000 millones de euros, frente a los 1.100 millones del EuroHPC en tres años. Este presupuesto sería financiado a partes iguales entre la Comisión Europea y los distintos Estados miembros y participarían múltiples compañías europeas, incluso pequeñas y medianas.
Al presentar Vestager la Recomendación de crear una gran infraestructura de telecomunicaciones paneuropea y Breton la propuesta de construir varios superordenadores a los medios de comunicación el pasado viernes, ambos comisarios admitieron que las redes de telecomunicaciones 5G no serán introducidas por todos los Estados miembros a final de 2020 como había previsto en un principio la Comisión.
Obviamente habrá un retraso, reconoció Breton, “que prevemos que sea de cuatro meses respecto a lo que habíamos calculado”, en línea con los cuatro meses de total confinamiento. “Estamos urgiendo a los Estados miembros que vayan lo más rápido posible”, aunque reconoció que ahora sólo el 20% de las frecuencias del espectro 5G han sido adjudicadas en la Unión Europea.
En la Recomendación, se encarece a los Estados miembros que eviten o minimicen los retrasos en la adjudicación de las frecuencias 5G debido a la crisis de la Covid-19 y, de hecho, Vestager ya urgió a los ministros de telecomunicaciones el pasado mayo que limitaran “tanto como fuera posible” los retrasos. Varios países, entre ellos España, que ha pospuesto al primer trimestre de 2021 la adjudicación de la banda de 700 MHz para 5G, aseguraron en su día que se vieron forzados a ello. Y Emmanuel Macron, Presidente de Francia, tuvo que imponerse la semana pasada para iniciar, la semana que viene, la subasta de la banda de 3,5 GHz, porque múltiples voces pedían que la retrasara medio año.
Para que haya un despliegue más uniforme de las redes 5G en Europa, la Comisión prevé incentivar al máximo las inversiones privadas, porque no se pueden sustituir, como aseguró Breton, si bien también añadió que deberán vigilar para que se hagan adecuadamente. La industria de telecomunicaciones móviles, a través de Laszlo Toth, responsable de la política pública de la GSMA, ensalzó la Recomendación de la Comisión, asegurando que eran los pasos adecuados para encarrilar nuevamente el Plan de Acción 5G de la UE.
Coincidiendo con la presentación de la Recomendación, la European Round Table for Industry (ERT) presentó un informe sobre el despliegue de 5G en Europa, en el que mostró su creciente preocupación porque Europa se está quedando muy atrás respecto a otras regiones del mundo en la construcción de las redes 5G, que considera que es un componente esencial para la transición digital de Europa y un elemento clave para la próxima generación de innovación industrial.
En el informe de la ERT se identifica un claro retraso en el lanzamiento de servicios comerciales 5G, porque más de la mitad de los 27 países de la UE aún lo tienen que hacer. Respecto al despliegue de la infraestructura, sólo diez estaciones base 5G por millón de habitantes han sido desplegados en los Estados miembros de la UE que lo han hecho, comparadas con las 1.500 estaciones base por millón de habitantes en Corea del Sur. En las estaciones base 4G que han sido actualizadas a 5G, Europa también sale mal parada, dice el informe de la ERT, con un 1% en la UE y el 98% en Corea del Sur.
El informe demanda que haya un acuerdo europeo para el despliegue de 5G, que favorezca un enfoque para la asignación y funcionamiento del espectro 5G que sea más armónico y con mejores incentivos regulatorios para la inversión privada. 5G, añade el informe, está en el corazón de nuestro futuro digital y la digitalización promoverá la transición energética, la innovación y todo un nuevo mundo de oportunidades de empleo y, además, la tecnología es vital para la iniciativa medioambiental de la UE, el Green Deal. En la ERT participan como miembros los máximos responsables de 55 de las más grandes compañías tecnológicas e industriales europeas, entre ellos los de Telefónica, Iberdrola, Inditex y Ferrovial como representantes españoles.
La industria de telefonía móvil, en particular, se ha felicitado por el gran interés de la Comisión Europea para que haya un rápido despliegue de 5G y de la fibra óptica en toda Europa. Sin embargo, en los últimos días se han sembrado dudas sobre la disponibilidad completa de los fondos de recuperación. Por una parte, porque el acuerdo alcanzado in extremis con los llamados países frugales falta que sea ratificado por el Parlamento europeo pero, también, porque se exige que las inversiones sean para nuevos proyectos y no para financiar proyectos ya aprobados con anterioridad.
La Comisión publicó la semana pasada las guías para elaborar los planes nacionales de inversiones y reformas y en ellas se señala que no sólo se tendrán en cuenta las recomendaciones de junio, donde se daba más manga ancha debido a la pandemia, sino que también se tendrá en cuenta el grado de cumplimiento de las recomendaciones de años anteriores, en especial de 2019 y 2020.
La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, ha afirmado que “las reformas e inversiones van de la mano para modernizar sociedades y economías”, y ha recordado que, además de las prioridades en energías verdes y agenda digital, están también las recomendaciones del Semestre Europeo y se examinarán hasta ocho puntos en los planes de inversiones y reformas, según publica hoy El País, que estuvo presente en un encuentro con varios medios. El Gobierno español pensaba hasta ahora que la única condición era gastar bien los fondos de recuperación, pero ahora parece que la Comisión también exigirá a España aprobar las reformas pendientes, como la de las pensiones o potenciar la contratación indefinida, y un cierto endurecimiento de las condiciones para acceder a los fondos de recuperación.