Thierry Breton, el reciente comisario europeo del mercado interior, se ha mostrado partidario de que los operadores de la Unión Europea puedan instalar equipos de Huawei en sus redes 5G, siempre que se respeten todas las reglas que la Comisión Europea detallará en unos quince días, según explicó ayer en rueda de prensa y el domingo en Munich. Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, es partidaria de que su país retrase la posición oficial sobre el tema hasta pasada la cumbre europea, prevista para el 21 y 22 de marzo, y Francia prevé responder la primera semana de febrero las condiciones que tendrán los operadores que optan a la subasta de las licencias 5G. Mientras, Boris Johnson, Primer Ministro del Reino Unido, no quiere enemistarse con Estados Unidos ni tampoco hipotecar el futuro de su país con una decisión muy drástica contra Huawei. Es previsible, de esta forma, que al final se opte en Europa por no discriminar a ninguna compañía suministradora de equipos 5G, aunque se impondrán condiciones para tener unas redes 5G lo más seguras posible, que podrían ser distintas en cada país. El plazo de cesión de las licencias de instalación también podría modificarse según evolucione la tecnología.
En las últimas semanas, Estados Unidos ha intensificado su presión para lograr que Huawei no pueda instalar ningún equipo 5G en suelo europeo, especialmente en Gran Bretaña. La administración de Donald Trump también está estudiando la forma de prohibir que la taiwanesa TSMC, principal fabricante mundial de chips por encargo y que suministra entre otras a Qualcomm, Apple, AMD y NVidia, todas con sede en Estados Unidos, pueda vender a Huawei. El Pentágono, muy preocupado por la fuerte dependencia de las compañías de semiconductores estadounidenses de TSMC y de fabricantes chinos, quiere que TSMC fabrique en Estados Unidos, al menos los productos militares.
De momento, las fuertes presiones estadounidenses a los países europeos no están teniendo mucho éxito, sobre todo porque Estados Unidos no ofrece ninguna alternativa al veto a Huawei ni tampoco justifica su temor a que China espíe a través de las redes 5G instaladas con equipos de Huawei. En Europa, sin embargo, se es consciente del grave problema de seguridad que plantea la instalación de una nueva arquitectura de redes, como es 5G, con el despliegue de miles de millones de antenas inteligentes por todo el continente europeo y que constituirán, todas ellas, los puntos de entrada de información a proteger, como explica Breton. Estas antenas exigirán la escritura de billones de líneas de código con sus correspondientes errores que habrá que arreglar, mantener y actualizar, añade el comisario.
Como comisario del mercado interior, Thierry Breton está al frente en la Comisión Europea del mercado interior, política industrial, digital, de defensa y del espacio de la UE. Ingeniero de formación, Breton era desde 2008 hasta octubre pasado presidente y director general del grupo Atos, cuando dimitió al ser propuesto como comisario por Emmanuel Macron en sustitución de la rechazada Sylvie Goulard. Atos suministra soluciones de telecomunicaciones y electrónica para la defensa y la aeronáutica y ficheros administrativos, como los datos personales y biométricos de los franceses para sus documentos de identidad o pasaportes, y la compañía ha recibido importantes fondos comunitarios.
De 2005 a 2007, Breton fue ministro de Economía y Finanzas y antes, de 2002 a 2005, había dirigido France Télécom, la futura Orange privatizada, con la que se ganó la fama de “cost killer” con la brutal reestructuración que llevó a cabo de la operadora nacional. Nadie pone en duda que está sobradamente preparado para el cargo de comisario y las responsabilidades que ahora ocupa, pero se le achaca su cercanía al mundo empresarial, que podría derivar en un conflicto de intereses.
Breton prevé publicar muy a primeros de febrero una serie de requisitos (la “caja de herramientas” de la Comisión) con destino a los Estados miembros para asegurar que las redes 5G no sean utilizadas con fines de espionaje o sabotaje por actores desaprensivos. Conoce muy bien la seguridad de las redes y la complejidad que ello supone desde sus tiempos como director de France Télécom y reconoce que 5G no es como las otras redes, sino mucho más compleja.
Pocos operadores europeos disponen de los recursos necesarios para asegurar la seguridad de sus redes
Todos los dispositivos, en teoría, pueden verse amenazados y pirateados porque estarán intercomunicados. Además, según el comisario, muy pocos operadores de telecomunicaciones europeos, del centenar que operan en la UE, tienen los recursos suficientes para efectuar el mantenimiento informático necesario para la seguridad de las redes, lo que obligará a subcontratar la tarea. La vigilancia por parte de la UE deberá ser muy estricta y prolija. Si la subcontratación no se hace en Europa, puede ser problemático para los Estados, aclara.
Francia también prevé publicar a primeros de febrero las condiciones a los operadores que concursan a la subasta prevista a finales de marzo o abril para autorizar la instalación de equipos de red chinos en sus futuras redes 5G. Los cuatro operadores que acudirán a la subasta solicitaron en diciembre la autorización a la Agencia nacional de seguridad de sistemas de información (Ansii) para saber a qué atenerse y el organismo tiene dos meses como máximo para responder, o de lo contrario la autorización será rechazada.
En los últimos días, la Ansii ha formulado preguntas a los operadores del tipo “¿Cómo va a activar todas las funcionalidades?” o “¿Ya ha probado estos equipos?”, lo que hace pensar a los operadores que se quiere ganar tiempo y alargar el plazo para dar una respuesta o responder de una forma un tanto ambigua, con ciertas condiciones.
Hoy mismo, Guillaume Poupard, director general de la Anssi, pone en alerta a los operadores contra los fabricantes chinos en una entrevista al periódico financiero Les Echos. “Hay riesgos más fuertes con los equipos de China que con Nokia o Ericsson”, titula el periódico, y Poupard justifica la solicitud de autorización de los fabricantes de equipos a los operadores franceses porque el Estado debe velar para que se tengan muy en cuenta los temas de seguridad y soberanía, que afectarán a escala europea.
Aunque el director general de la Anssi opine que los equipos de Ericsson y Nokia pueden ser más seguros, porque son europeos y menos sujetos a presión, recalca que “tampoco tiene sentido decir que hay buenos y malos, como hacen los americanos”. Y querer resolver el tema de la seguridad de 5G diciendo que “no se compre a Huawei, cómprese a Nokia o Ericsson” es también un poco infantil, sentencia.
Es previsible, de esta manera, que la Ansii diga a los operadores que quieran utilizar equipos de Huawei en sus redes que “sí, pero …”, al igual que presumiblemente dirá la Comisión Europea. El alcance y extensión del “pero” pone nerviosos a los operadores, así como la lectura e interpretación que se hagan con el tiempo de las directrices aprobadas por la Comisión Europea y por cada Estado miembro de la UE.
La Ansii ha dejado entrever que se puede aprobar la autorización por tres o cinco años, en vez de los “hasta ocho años” que durarán las licencias. O modificarla según evolucione la tecnología. Poupard reconoce que no se puede decir de la noche a la mañana a un operador que no utilice los equipos de un fabricante determinado pero tampoco que la licencia será de por vida. “Se va a encontrar un buen equilibrio”, proclama en la entrevista.
Las operadoras británicas creen que EEUU puede espiar a través de Cisco tanto como puede hacerlo China a través de Huawei