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Huawei factura en redes más del doble que Nokia y Ericsson juntas

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El plan de recuperación de Nokia, dado a conocer el jueves pasado, revela con toda crudeza las dificultades a las que se enfrenta la compañía finlandesa para seguir manteniendo una posición de privilegio en el muy competitivo y relativamente estancado mercado mundial de redes de telecomunicaciones. Nokia acometerá una severa reestructuración de la compañía, con el despido de hasta 10.000 empleados, que es mucho más drástica del que hizo su vecino sueco Ericsson hace más de tres años. El problema al que se enfrenta Nokia no es sólo de ajuste de costes y de aumento del margen operativo, que probablemente conseguirá, sino que la posición de liderazgo de que goza Huawei es insultante y va a más. Cortesía de las nuevas redes 5G.

 

Ericsson y Nokia son dos compañías de un tamaño y actividad similar. El 70% aproximadamente del negocio lo hacen con la venta de equipos de redes de telecomunicaciones a los principales operadores, sobre todo de Europa y de Estados Unidos. La facturación de cada una de ellas es del orden de 17.000 millones de euros anuales, a la que cabe sumar del 15% al 20% en servicios digitales a las mismas operadoras y empresas, una actividad prometedora y con buen crecimiento, y a los ingresos por patentes, software y actividades complementarias.

 

Las ventas netas de Ericsson el año pasado fueron de 232.390 millones de coronas suecas (23.000 millones de euros), con un incremento del 2% pero con 17.623 millones de coronas de beneficio neto frente a los escasos 1.840 millones de 2019 y las pérdidas de 6.276 millones de coronas en 2018. La reestructuración de 2017 de Ericsson ha logrado, por tanto, corregir el rumbo, con reducción de los costes y recuperación de los beneficios, como se ve en el informe anual.

Nokia prevé una “mejora significativa de la rentabilidad” este año, con unas ventas netas de 21.800 millones de euros, 1.200 millones más que en 2020, y un margen operativo del 7% al 10%, frente al 4% del año pasado

Las ventas netas de Nokia fueron de 21.852 millones de euros el año pasado, frente a los 23.315 millones del año anterior y los 22.563 millones de 2018. La compañía logró mejorar el margen operativo, del 2,1% en 2019 al 4% en 2020, pero con unas pérdidas de 2.513 millones de euros en 2020 frente a un muy modesto beneficio de 18 millones en 2019 y unas pérdidas de 549 millones en 2018, como consta en su informe anual.

 

Para este año 2021, Nokia prevé una “mejora significativa de la rentabilidad”, como dijo Pekka Lundmark, el consejero delegado recientemente nombrado, en el Capital Markets Day del pasado 18 de marzo. Nokia prevé que las ventas netas en 2021 sean de 21.800 millones de euros, 1.200 millones más que en 2020, y un margen operativo comparable del 7% al 10%, frente al indicado 4%. Para 2023, la intención es “crecer más rápido que el mercado”, con un margen del 10 al 13%.

 

Huawei aún tiene que publicar sus resultados anuales, pero las cifras provisionales publicadas por Global Times, un periódico en inglés controlado por el Gobierno chino, indican que en 2020 facturó 136.700 millones de dólares, un 11,2% más que el año anterior, y el beneficio fue de 9.900 millones de dólares, el 10,4% más. Huawei ha logrado aumentar los ingresos y los beneficios en dos dígitos, pese a la importante caída de las ventas de smartphones, sobre todo en el cuarto trimestre, y a las sanciones impuestas por Estados Unidos, que han provocado que TSMC no le vendiera ningún chip desde septiembre. Suponiendo que la actividad de redes representara el 60% de los ingresos totales en 2020, que se confirmará cuando se presente la memoria anual, significaría una facturación anual de como mínimo 60.000 millones de dólares, más del doble que la suma de las ventas netas totales de Ericsson y Nokia juntas.

 

El descalabro que se prevé para la actividad de smartphones de Huawei durante este año 2021, aumentado por la venta de todos los activos de su segunda marca Honor de smarphones, precisamente para intentar eludir el bloqueo estadounidense, no influirá en la tremenda posición competitiva que Huawei mantiene en su actividad de redes de telecomunicaciones. Los equipos de redes no requieren chips tan sofisticados y miniaturizados como en los smartphones y, además, Huawei fabrica la mayor parte de sus componentes de redes, con lo que esta actividad es más inmune al bloqueo exterior.

 

La consultora Dell’Oro calcula que Huawei consiguió en 2020 una cuota del 32% del mercado mundial de equipos de telecomunicaciones, evaluado entre 90.000 y 95.000 millones de dólares, frente a una cuota del 16% tanto de Ericsson como de Nokia. El cuarto suministrador mundial es otra compañía china, ZTE, con una cuota cercana al 10% y, como Huawei, con tendencia ascendente. Cisco se quedó en el 5%, a la baja, mientras que Ciena retuvo el 3% aproximadamente, muy cerca de Samsung, con tendencia también a aumentar, según el gráfico de Dell’Oro.

 

Redes estancadas y servicios al alza

 

Las expectativas del mercado mundial de equipos de redes de telecomunicaciones son que haya un crecimiento anual promedio del 1% entre 2020 y 2023, como expuso Pekka Lundmark el 18 de marzo en el Capital Markets Day  y reflejado en el gráfico inferior. Nokia prevé que el mercado de redes destinado a los operadores esté estancado en 91.000 millones de euros en los próximos años, mientras que el destinado a empresas y servicios en la nube crezca el 8% hasta 2023, desde los 20.000 millones de euros en 2020 hasta los 25.000 millones en 2023.

Evolución del mercado mundial de equipos de telecomunicaciones


Fuente: Nokia (Capital Markets Day, 18 marzo 2021)

Por regiones, se prevé que el mercado asiático crezca más que el europeo y estadounidense, especialmente el mercado chino y durante este 2021. Esto hace que las perspectivas de crecer en facturación y beneficios sean mucho más favorables para Huawei y su compatriota ZTE que para Ericsson y Nokia. El mercado chino hace tiempo que es el más importante, pero con la llegada de 5G y el tremendo impulso de la nueva tecnología móvil auspiciada por las autoridades chinas lo es aún más. Aparte, la norma en China es utilizar SA 5G, con redes totalmente 5G, y no con el híbrido 4G/5G de NSA 5G de la mayoría del resto de países.

Nokia se muestra ahora escéptico con las ventajas de Open RAN, porque considera que hay muchos retos por solventar y conseguir una eficiencia del espectro y el ahorro energético y de costes que quieren los operadores

El consejero delegado de Nokia aseguró que “aún estamos en el inicio del ciclo de 5G”, como se ve en el gráfico inferior, en el que se ve el crecimiento que tendrán las redes y servicios móviles 5G hasta el 2030, unido al decrecimiento en paralelo de 4G, con su cruce justo este año. Es de notar que el mercado de redes y servicios 4G+5G se mueve en el entorno de los 25.000 – 30.000 millones de euros anuales, según el periodo, con la importante salvedad de que se excluye China del gráfico. Quizás se deba a que Nokia no tiene ninguna esperanza de vender equipos de redes en China durante los próximos años y ya no tiene en cuenta este crucial mercado.


Fuente: Nokia (Capital Markets Day, 18 marzo 2021)

Ericsson sí que cuenta con vender equipos en los próximos años. Por eso, su consejero delegado, Börje Ekholm, se desesperó hace unas semanas cuando vio que el regulador de telecomunicaciones de su país vetaba a Huawei de participar en el concurso para suministrar equipos en Suecia. Su temor es que China haga lo mismo y vete en lo sucesivo a Ericsson como represalia. A finales del año pasado, Ericsson consiguió, con sumo esfuerzo, el 18% de un importante contrato de suministro de redes a China Mobile para los próximos años, mientras que Nokia ya ni participó porque consideró que el importe del contrato que se manejaba era muy bajo y estaba fuera de su alcance.

Crecer por encima del mercado, sin China

Las previsiones de Ericsson para los próximos años, como Nokia, es “crecer por encima del mercado”, con la expectativa de que el mercado mundial aumente, como también estima Nokia, el 1%, según apuntó Ekholm en la presentación de los resultados anuales de 2020. También, al igual que Nokia, Ericsson prevé aumentar el margen operativo y situar el margen EBITA en los próximos en el entorno del 15 al 18% de las ventas, excluyendo los costes de reestructuración. Como el mercado apenas crecerá, en el caso de que lo haga en valor, Nokia y Ericsson no tendrán más remedio que reducir costes para aumentar el margen de beneficio. Una situación altamente compleja, porque a la vez habrán de aumentar las inversiones en investigación y desarrollo para continuar siendo competitivos.

 

La situación para ambas compañías es realmente compleja, porque carecen del músculo financiero y de la cuota de mercado suficiente para competir a nivel mundial con un coloso como Huawei. Si el mercado europeo se cierra totalmente a los dos principales suministradores y el estadounidense sigue, como es previsible, cerrado a cal y canto, tanto Ericsson como Nokia tendrán acceso como máximo al 30% del mercado mundial de redes 5G, aunque tampoco estarán solos, porque deberán competir con compañías de la talla de Samsung o las japonesas NTT DoCoMo y Fujitsu, entre otras, que son igualmente ambiciosas y necesitadas de contratos 5G.

 

En el caso de que Europa flexibilice su posición respecto a que puedan entrar las compañías chinas en el mercado de redes 5G, es probable que Nokia y Ericsson perdieran oportunidades de negocio en Europa pero quizás se le abrirían otras en el resto del mercado mundial, porque cuentan con la experiencia y los conocimientos suficientes para competir con otras compañías de mayor tamaño y músculo financiero. En cualquier caso, el panorama que se presenta es complicado, aunque en los tiempos actuales no es ninguna novedad, sea el mercado que sea.

 

El análisis se ha circunscrito hasta ahora a los operadores, porque tradicionalmente ha sido, de lejos, el mayor mercado. Pero cuando las aplicaciones empresariales del 5G se desplieguen masivamente, como ya está empezando a suceder en China, se presentarán muchas oportunidades de negocio para ofrecer directamente equipos y servicios de telecomunicaciones a las compañías usuarias y que no sean operadoras. Como también habrá mucho mercado ligado a servicios prestados desde la nube con equipos propios. Será entonces cuando tendrá lugar la fase decisiva de despliegue del 5G empresarial, que ya se ha iniciado en China.

Decae el interés por Open RAN

Es interesante observar que Nokia ha tenido interés a principios de esta semana en mostrarse escéptico con el porvenir de la iniciativa Open RAN, impulsada las últimas semanas por varios operadores, principalmente europeos, para desagregar las redes de enlace (RAN) y que no sean controladas, de principio a fin, por un solo suministrador, como es la práctica habitual en estos momentos.

 

Tommi Uitto, máximo responsable en Nokia de la parte de redes, la división clave de la empresa, ha concertado entrevistas con los principales medios digitales especializados en telecomunicaciones, como Light Reading, Fierce Wireless, RCR Wireless, Mobile World Live y otros. Su principal mensaje es que la iniciativa Open RAN tiene aún muchos retos por superar para lograr la flexibilidad de instalación e independencia del fabricante que se pretende y, a su juicio, conseguir la suficiente eficiencia espectral y el considerable ahorro energético que se precisa en las redes de los próximos años. Para los operadores, aumentar la eficiencia de las redes es fundamental para reducir costes.

 

El cambio aparente de posición de Nokia respecto a Open RAN de Nokia es significativo, porque hace no muchos meses, con la anterior dirección, propugnaba instalar elementos de la red abiertos y virtualizados. Ahora, según se desprende de las declaraciones de Uitto, Nokia continúa interesado en ofrecer flexibilidad de funcionamiento y de instalación a los operadores, a través de iniciativas como Open RAN, pero considera que es mejor y mucho más eficiente en cuanto a la utilización óptima de los recursos disponibles tener a un único suministrador de extremo a extremo de la red.

 

Con ello, Nokia se alinea con lo que siempre ha dicho Ericsson, que colaborará en el desarrollo de Open RAN y, cuando esta solución esté madura y sea viable, ofrecerá su propia solución a los operadores, junto a su oferta tradicional, para que elijan lo que más les convenga. Huawei, en cambio, ni se ha molestado en participar en la iniciativa Open RAN y formar parte de ella. Lo cual puede ser un grave problema, porque Huawei posee multitud de patentes que forman parte de las especificaciones aprobadas por el 3GPP y se pueden utilizar siempre que se paguen los derechos correspondientes. Las especificaciones Open RAN amplían las aprobadas por 3GPP, pero no se podrían utilizar si Huawei no da su consentimiento explícito, al no formar parte de la Open RAN Iniciative, según varios expertos.

Las patentes entran en el tablero internacional

El tema de las patentes es una cuestión que por el momento no ha creado polémica, en gran parte porque era un asunto que monopolizaban los tres grandes suministradores de redes de enlace (Huawei, Ericsson y Nokia) y se resolvían las posibles disputas entre ellos. Pero la semana pasada Guo Fulin, presidente de asuntos internacionales de Huawei, declaraba al Financial Times que la compañía disponía a finales de 2020 de 100.000 patentes activas, frente a las 85.000 de un año antes.

 

Una gran proporción de estas patentes se refieren a equipos de telecomunicaciones, y en particular a la tecnología 5G, dijo el directivo al periódico. También tiene patentes en áreas sensibles para Estados Unidos como inteligencia artificial o vigilancia electrónica. La compañía ha hecho público un documento titulado “Respeto y protección de la propiedad intelectual, el fundamento de la innovación”.

 

Huawei, además, es la compañía que más patentes presenta a la Organización de la Propiedad Intelectual Mundial (WIPO), dependiente de Naciones Unidas. En 2020, Huawei presentó 5.464 patentes al tratado de cooperación de la WIPO, frente a las 3.093 de Samsung. Otras compañías con muchas patentes son Mitsubishi, LG Electronics y Qualcomm. Según Francis Curry, antiguo director de la WIPO, dos tercios a las patentes presentadas a la WIPO son de compañías asiáticas. “Huawei lanza la guerra de patentes”, tituló Philippe Escande, comentarista de Le Monde, el 18 de marzo en el rotativo vespertino francés.

 

Jason Ding, director del departamento de propiedad intelectual de Huawei, anunció en una reunión informativa que aplicará una “tasa razonable” de royalties por cada uno de los smartphones 5G que utilicen su tecnología patentada, alrededor de dos dólares y medio por dispositivo. Hace poco más de un mes, Huawei demandó a Samsung porque considera que no retribuye de modo adecuado sus patentes en los equipos de redes y ha interpuesto un pleito en un tribunal de Estados Unidos.

 

Ericsson también demandó hace unos meses a Samsung por apropiación indebida de patentes. Los suministradores “tradicionales” de redes, por tanto, no parecen estar dispuestos a que otras compañías que no disponen de una amplia cartera de patentes en redes de telecomunicaciones se lleven, sin una compensación adecuada, justa y razonable (FRAND, en la terminología abreviada jurídica) una parte de este codiciado, pero tremendamente polémico, que es el mercado de las redes 5G.