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El Senado de EEUU impulsa redes 5G abiertas que rivalicen con las de Huawei

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Un influyente grupo de senadores demócratas y republicanos de Estados Unidos ha impulsado un proyecto de ley que investigue y desarrolle equipos de red 5G basados en estándares abiertos y que no sean originarios de China. La iniciativa se financiaría con parte de los ingresos procedentes de la subasta estadounidense de licencias de espectro 5G y se pretende que promueva la adopción generalizada de la tecnología 5G con componentes estandarizados, fabricados principalmente en Estados Unidos, y sirva también para desarrollar soluciones de red muy seguras. Se trata, en parte, de una respuesta a la frustración generada por los escasos resultados del veto impuesto por la Administración Trump a los productos de Huawei en suelo americano y a la evidencia de que Estados Unidos no tiene industria de equipos de telecomunicaciones autóctona capaz de hacer frente a China ni una alternativa en un tema que considera estratégico como 5G.

La propuesta de ley (descargar PDF), liderada por el senador republicano Richard Burr y el demócrata Mark Warner, presidente y vicepresidente del Comité de Inteligencia del Senado, respectivamente, contaría con una financiación de 750 millones de dólares por un periodo de diez años para el desarrollo de una arquitectura abierta basada en software de tecnologías móviles, que incluiría software, hardware y tecnología de multiprocesadores. También se destinarían otros 500 millones, procedentes asimismo de futuras subastas de licencias de espectro 5G, para desarrollar productos de seguridad de las redes 5G y la adopción de tecnología abierta. 

En un comunicado, Mark Warner ha indicado que “cada mes que Estados Unidos no hace nada, Huawei se convierte en el suministrador global de 5G más barato, rápido y ubicuo, mientras Estados Unidos y las compañías occidentales y trabajadores pierden cuota de mercado y empleos”. Y añade: “Necesitamos dejar de observar el problema y ofrecer alternativas para Estados Unidos y los operadores de red extranjeros”. En materia de tecnología 5G, “las decisiones que tomemos hoy se sentirán durante décadas”.

De modo preliminar, porque es pronto para hacer una valoración precisa, los expertos son bastante escépticos de que el proyecto de ley presentado en el Senado estadounidense aporte resultados tangibles y sea una alternativa a los equipos de Huawei a corto plazo para Estados Unidos, como parece sugerir la propuesta de ley. Lo que está claro es que la tecnología de enlaces de radio abiertas, conocido como Open RAN, está siendo introducida por diversas operadoras europeas, como Telefónica, Vodafone y Deutsche Telekom, y la estadounidense Sprint. Hoy, sin ir más lejos, la operadora británica O2, propiedad de Telefónica, ha anunciado sus planes para introducir la tecnología Open RAN en su red, con la utilización de suministradores no tradicionales como Mavenir, DenseAir y WaveMobile.

Fabricantes como Mavenir, Altiostar y Parallel ya han desarrollado enlaces de radio 5G e interfaces abiertos con componentes estándar

O2 ha destacado la flexibilidad y reducción de costes asociada con O-RAN, porque las capacidades de red abiertas y definidas por software permiten a los operadores utilizar a varios suministradores y no estar sujetos a un único fabricante, como ocurre ahora. La filial británica de Telefónica prevé utilizar O-RAN en áreas rurales con pequeñas poblaciones, pero también en localidades densas, donde se requiere un elevado número de células de radio pequeñas.

La decisión de O2 de utilizar O-RAN tampoco es nueva, porque la propia Telefónica ya comunicó el pasado octubre que utilizaría en su red el producto comercial de redes O-RAN 4G/5G virtualizadas de Mavenir, una compañía estadounidense que promociona de forma destacada esta tecnología abierta. En las últimas semanas, se han sucedido diversas experiencias piloto de enlaces de radio abiertos, basados principalmente en los trabajos de O-RAN Alliance y Telecom Infra Project, liderado por Facebook.

Hace años que se está trabajando en una iniciativa similar a la que ahora pretende poner en marcha el Senado estadounidense, aunque con un alcance más limitado y realista. Diversos fabricantes, algunos estadounidenses, como Mavenir, Altiostar, Parallel Wireless, DenseAir, Airspan Networks y WaveMobile ya han desarrollado enlaces de radio y sus interfaces con componentes estándar y especificaciones abiertas que funcionan sin problemas. Pero se trata de entornos muy controlados y falta aún mucho trabajo por desarrollar para que se puedan integrar en redes de gran tamaño, mucho más en las redes troncales, que es el tema que más preocupa a Estados Unidos.

Como ha recordado Victor Zhang, vicepresidente de Huawei, la compañía invirtió el año pasado 15.000 millones de dólares en investigación y desarrollo para desarrollar equipos de telecomunicaciones, principalmente 5G, que representa cerca del 15% de su facturación anual. Con 1.250 millones de dólares, o el 5% del importe de las subastas de esta década de las licencias 5G de Estados Unidos, como dice el proyecto de ley, se pueden hacer muchas cosas, pero es una cantidad insignificante en relación al presupuesto que manejan por separado Huawei, Ericsson o Nokia, por citar las principales compañías en 5G.

Operadoras estadounidenses como Verizon o ATT y compañías de software como VMware han expresado su soporte al proyecto de ley del Senado. La cuestión, en todo caso, no es de la bondad de la propuesta sino de que trata, en realidad, de una tarea inmensa, que tardará años en realizarse, aunque los avances conseguidos en los últimos meses hayan sido muy notables. Es posible, también, que la propuesta del Senado anime a potentes grupos empresariales estadounidenses a destinar un presupuesto importante para crear una alternativa tanto a los equipos de red de Huawei como a los de Nokia, Ericsson y Samsung.

No se espera, de todas formas, que hasta mediados de esta década los equipos de red con especificaciones abiertas tengan una cuota de mercado apreciable. Deberán estar también en sintonía con otro deseo de los operadores de todo el mundo, que es tener las redes de telecomunicaciones virtualizadas y gestionadas mediante software, otro tema que hace muchos años que está encima de la mesa.

Verizon, ATT y VMware han expresado su soporte al proyecto de ley del Senado pero se trata, en cualquier caso, de una tarea inmensa, que tardará años en realizarse y a nivel global

La propuesta de ley se presentó en el Senado un día antes de que el presidente Donald Trump y el viceprimer ministro chino Liu He firmaran la primera fase del acuerdo comercial entre Estados Unidos y China. El compromiso a que han llegado ambos países supone una desescalada del conflicto comercial que se inició el pasado 22 de marzo, con la imposición de fuertes aranceles por parte de Estados Unidos a productos procedentes de China, que después replicó China, y el veto a los productos de Huawei en suelo estadounidense.

Básicamente, China se ha comprometido a comprar más productos de Estados Unidos y este último ha rebajado los aranceles a la mitad, que quedan en el 7,5%, cuando hace dos años no existían. La opinión más generalizada entre los especialistas es que el conflicto no se resolverá de un modo mínimamente satisfactorio por ambas partes antes de la elección del presidente de Estados Unidos el próximo noviembre. Y el tema de Huawei ha quedado igual.

En las últimas semanas, una importante delegación estadounidense ha presionado al Gobierno del Reino Unido para que prohibiera a sus operadores la utilización de equipos 5G de Huawei, sin resultado por el momento. Dos comités parlamentarios británicos han llegado a la conclusión de que no existen motivos técnicos para prohibir el uso de equipos de Huawei y a principios de semana el responsable del servicio de espionaje MI5 aseguró que no había fundamento para pensar que la relación de inteligencia entre el Reino Unido y Estados Unidos “sería dañada si Gran Bretaña continuara utilizando la tecnología de Huawei”. El Centro Nacional de Ciberseguridad del Reino Unido ya había concluido unos días antes que su país tenía las herramientas necesarias para mitigar el riesgo potencial del uso de equipos de Huawei en redes 5G.

El Primer Ministro del Reino Unido, Boris Johnson, también ha echado un jarro de agua fría a las aspiraciones norteamericanas de que se vetara a Huawei. En una entrevista a la BBC, se comprometió a que sus ciudadanos tuvieran acceso “a la mejor tecnología posible” y que su deseo es ofrecer banda ancha gigabit a todos. “Si hay gente que se opone a una marca u otra, nos tiene que decir cuál es la alternativa”, aclaró, aunque añadió que no soportaría ninguna infraestructura que comprometiera la posibilidad de su país de cooperar con sus aliados en materia de seguridad (Canadá, Estados Unidos, Nueva Zelanda y Australia, los “Five Eyes”).

Brasil, un firme aliado de Estados Unidos desde que Jair Bolsonaro ocupa el poder, ha preferido retrasar la prevista subasta de licencias 5G hasta finales de año o principios del próximo para no tener que decidir sobre si se excluía a algún suministrador en las condiciones impuestas a los operadores que habían de concursar.

Se trata de una decisión muy complicada: la consultora Assembly acaba de concluir que una restricción parcial o total a los equipos de Huawei en el Reino Unido provocaría un retraso de 18 a 24 meses para la disponibilidad generalizada de 5G en el país. Y es que el tema de las redes 5G, incluso en la vertiente estrictamente técnica, es endiabladamente complejo. Hace falta algo más que buenos propósitos para desarrollar unas redes abiertas y perfectamente interoperables con el resto. Una alternativa viable a Huawei no se crea de la noche a la mañana.