Cuando acabe esta pandemia, “nada volverá a ser igual”. Deberán surgir nuevos líderes que inspiren plena confianza en múltiples campos de actividad, como ya está ocurriendo con determinados médicos y especialistas que han surgido para hacer frente al Covid-19. Los gestores actuales, que se limitan a dar órdenes, muchas veces equivocadas, deberán cambiar de actitud para hacerse cargo de la nueva situación y ganarse el aprecio de sus conciudadanos. La cooperación a nivel mundial deberá reforzarse y crear sólidas alianzas que permitan revertir la fuerte crisis originada con el Covid-19 y convertirla en oportunidad. Son algunas de las reflexiones que se sucedieron en el debate organizado por Mobile World Capital Barcelona, dentro de las Mobile Talks que se seguirán organizando los próximos jueves a la siete de la tarde, ahora mediante streaming. El debate del pasado 26 de marzo giró en torno a la “actitud y liderazgo frente a la incertidumbre”.
La mesa de debate sobre los nuevos modelos de liderazgo del futuro, dentro de las Mobile Talks que por ahora se organizarán en streaming mientras dure la etapa de confinamiento, contó con la participación de Carlos Grau, CEO de Mobile World Capital Barcelona; Xavier Ferràs, profesor asociado de Operations Management, Innovation and Data Sciences de la escuela de negocios Esade; Pilar Conesa, CEO de Anteverti y Curator de Smart City Expo World Congress, y Genís Roca, presidente de RocaSalvatella. Como moderador actuó Pipo Serrano, periodista y director de estrategia y contenidos digitales de Broadcaster. Se puede acceder al contenido, registrándose, en mobileworldcapital.com/mobiletalks
Las empresas deberán abandonar su rígido sistema de control, heredado de las academias militares, y basarse más en los modelos de confianza, aseguró Xavier Ferràs. También Pilar Conesa incidió en la necesidad de crear un nuevo estilo de liderazgo, basado en la confianza y no en la imposición de criterios. Esta crisis creada por el Covid-19 hará que pierda protagonismo el clásico modelo de control impuesto en la gestión de las empresas y dar paso a nuevos modelos de liderazgo compartido, donde la confianza sea el valor esencial.
“Esta crisis está acentuando aspectos que ya estaban presentes en la sociedad, como las redes ciudadanas que se han creado rápidamente, como por ejemplo para crear respiradores, y con un enfoque primordial hacia los temas sociales”, apuntó Genís Roca. “Lo estatal y lo formal están generando muchas dudas en la sociedad”, añadió, mientras que en mundo de la salud, como es el caso del Hospital Clínico y del doctor Trilla, surgen líderes muy respetados por toda la sociedad. “Nunca se habían visto tantos nuevos liderazgos como en los últimos días”.
Es necesario prevenir futuras pandemias y la tecnología será un vehículo clave para lograrlo. No se estaba preparado ni se actuó a tiempo cuando se originó en China
Carlos Grau incidió en la necesidad de prevenir futuras pandemias, donde la tecnología será un vehículo clave para lograrlo. Se ha visto que no estamos preparados para hacer frente a una pandemia como la del Covid-19 y, peor aún, “no actuamos a tiempo cuando se originó en China”, perdiendo así un tiempo precioso. “Debemos plantearnos que una pandemia de esta magnitud no será la última y debemos estar preparados para la próxima, anticipándonos a sus efectos”, reflexionó.
Anticipar escenarios es uno de los grandes retos a los que deberán enfrentarse los líderes. Se sostuvo que deberá haber mayor cooperación internacional y mayor trabajo en red. Esta crisis ha enfrentado a tres modelos totalmente distintos: la férrea disciplina asiática, y en especial la de China, con un rigor militar; el neoliberalismo extremo de Estados Unidos, del “sálvese quien pueda”; y la completa descoordinación de Europa. La Unión Europea ha desaparecido, con Francia y Alemania mirando para sus intereses y acaparando material mientras escaseaba en otros países, se comentó en el debate.
Respecto al teletrabajo, hubo unanimidad en considerar que irá a más gracias a la pandemia. Pero también se debe considerar que se trata de un teletrabajo forzoso y que evidencia muchas de sus carencias. De entrada, las casas no están preparadas para conciliar la vida profesional y la laboral. Máxime cuando, en este caso, deben convivir todos los miembros de la familia en el mismo techo y sin posibilidad de salir, al estar confinados. Los niños no pueden ir a la escuela ni los jóvenes acudir a clase. Una parte de los contenidos se puede sustituir por tutoriales, pero es evidente que los alumnos necesitan socializarse entre ellos, aparte de recibir lecciones.
Queda claro que las nuevas tecnologías de información y telecomunicaciones ofrecen nuevas y mayores posibilidades para el teletrabajo, o el aprendizaje a distancia. Probablemente, los grandes centros empresariales creados en los alrededores de Madrid por Telefónica y Banco Santander no son la mejor opción, como tampoco estar trabajando siempre en casa. En casos excepcionales, como la situación actual, pueden ayudar a salir del paso, siempre que no se alarguen demasiado y sean por causa de fuerza mayor.
Una alternativa sería tener una jornada laboral más flexible, que permitiera hacer unas tareas en casa y otras en la oficina. Se podrían, se apuntó, crear muchos espacios de coworking en las ciudades, cerca de las viviendas habituales, para evitar muchos desplazamientos a los centros de trabajo y suplirlos con estancias, temporales o a jornada completa, en lugares habilitados cerca de los domicilios particulares. Y podrían haber en el centro trabajadores en situación similar para compartir puntos de vista y socializar.
El choque ha sido brutal y la necesidad de una cooperación a nivel internacional es evidente. Como reducir el nivel de testosterona que muestran algunos líderes de forma alarmante