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EEUU sigue con problemas para tener espectro para 5G en la banda media

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Disponer de suficiente de espectro en la banda media, en torno a los 3,5 GHz, para licitar es clave para lograr un despliegue rápido de 5G, según reconocen la mayoría de expertos y consultoras. Por eso Estados Unidos, con su escasez de espectro disponible en la banda media, tendrá problemas para acelerar el desarrollo de 5G, aunque esté buscando alternativas para solucionarlo. Mientras tanto, la operadora T-Mobile, que la semana pasada recibió la luz verde definitiva para fusionarse con Sprint, será la principal beneficiada de esta falta de espectro para destacarse de sus rivales Verizon y ATT, al poder presentar una oferta 5G competitiva con la combinación de licencias que poseen tanto T-Mobile como la absorbida Sprint en las bandas medias, bajas y milimétricas.

La FCC, el organismo encargado de regular las telecomunicaciones en Estados Unidos, lleva varios años intentando encontrar una salida airosa a la escasez de espectro disponible en las bandas más útiles para el despliegue de las redes 5G, que son las comprendidas entre los 2,5 y 6 GHz. El problema no es la falta de capacidad, porque hay más que suficiente como en cualquier otro país, sino que gran parte de las bandas más interesantes están ocupadas y concedidas en principio a perpetuidad a organismos públicos, militares, cadenas de televisión por satélite u organizaciones internacionales meteorológicas o de comunicaciones por satélite, siendo muy complicado reubicarlas.

A principios de marzo, la FCC aprobó las bases de la subasta de la banda de 3.550-3.650 GHz utilizada por CBRS (Citizens Broadband Radio Service) y que ha decidido licenciar. En principio, se fijó la fecha del 25 de junio para la subasta, pese a la frontal oposición de los actuales licenciatarios, pero el 22 de marzo la pospuso hasta el 23 de julio, debido a la pandemia, y ya se dice que se deberá volver a retrasar. En cualquier caso, es una capacidad pequeña, 100 MHz, y de liberarse no sería efectiva hasta muy avanzado este año o ya en 2021.

Otra posibilidad contemplada por la FCC es la llamada banda C, con mucha más capacidad pero ocupada por muchos organismos, algunos estatales, que lo utilizan para fines educativos, de emergencia o seguridad. El plan es pagar 9.700 millones de dólares a las compañías de satélite que utilizan una parte de la banda C para que la dejen libre de forma voluntaria y rápida. Muchos políticos sostienen que se les podría obligar a hacerlo sin pagar nada, aunque el conflicto judicial podría llevar años en resolverse y, por tanto, no se podría utilizar para 5G hasta que concluyese y en el caso de que fuera favorable a los intereses de la FCC.

Esta situación de escasez es aprovechada por T-Mobile, ahora que ha logrado fusionarse con Sprint y se encuentra en mejores condiciones para ofrecer servicios 5G que ATT y Verizon

Las compañías de satélite que poseen la licencia (Intelsat, Telesat, SES y Eutelsat) estarían dispuestas dejarla libre, pero quieren cobrar una parte muy sustancial de la subasta que se vaya a realizar, una cuestión en la que la FCC no está dispuesta a ceder porque la quiere dirigir y quedarse con la mayoría de los ingresos. Mientras, el senador John Kennedy, que preside el comité del Senado que estudia el caso, cuestiona la cifra propuesta por no haberse justificado y además está molesto con el presidente de la FCC, Ajit Pai, porque aseguró que Donald Trump apoya el plan de subvencionar a las compañías de satélite. La subasta debería realizarse el 8 de diciembre, según el plan de la FCC, pero primero debe aprobarse la indemnización por el Senado y no están nada claras las condiciones de la misma ni quien podría acudir.

Aunque la subasta de la banda C se está discutiendo desde hace años entre republicanos y demócratas, el tema ha derivado últimamente en un conflicto político que no se prevé que se resuelva rápidamente. Se ha llegado a tal punto que el pasado 9 de abril el comisionado la FCC, Michael O’Rielly, envió una carta al presidente Donald Trump para que interviniera personalmente en el asunto con su “extraordinario liderazgo” y consiguiera suficiente espectro en la banda media para 5G. En la carta, se sugería incluso que Trump pidiera al Ministerio de Defensa (DoD) que liberara parte del cuantioso espectro que posee, concretamente en las bandas de 3,1 a 3,3 GHz o de 3,3 a 3,55 GHz.

En paralelo, el presidente de la FCC, Ajit Pai, anunció ayer que ha aprobado con condiciones la propuesta de Ligado de desplegar una red terrestre de baja potencia a nivel nacional en la banda L que soportaría principalmente 5G y los servicios de IoT. 

La propuesta ha recibido el pleno respaldo gubernamental y del Congreso y Senado, aunque el Ministerio de Defensa y otras agencias federales han expresado su temor por las potenciales interferencias con el uso militar del GPS. No se podrá acusar a Ajit Pai de que no presta suficiente interés para lograr espectro en la banda media. Desde hace casi dos años, ha ejercido toda su influencia para conseguir que el Ministerio de Justicia y la comisión antitrust aprobaran el proyecto de fusión de T-Mobile US y Sprint.

De momento, quien ha salido mejor parado con esta escasez espectral ha sido T-Mobile US, la filial alemana de T-Mobile. El pasado 16 abril logró el visto bueno definitivo de un juez de California para fusionarse con Sprint y unir de esta manera sus respectivas carteras de licencias para dar un servicio 5G y de banda ancha en todo Estados Unidos, una fusión que tuvo lugar el pasado 1 de abril, pendiente del veredicto de California. Han sido un año y ocho meses de conversaciones al más alto nivel y de pugna judicial desde que se anunció por primera vez el plan de fusión, seguidas de grandes concesiones de T-Mobile para que la FCC y al Ministerio de Justicia dieran su aprobación al proyecto.

El problema no es la falta de capacidad sino que zonas del espectro interesantes como la banda C o la CBRS están ocupadas y concedidas a perpetuidad, siendo complicado reubicarlas

Entre otras condiciones, la nueva T-Mobile resultante de la fusión con Sprint deberá garantizar un servicio de banda ancha móvil a precios bajos durante al menos cinco años, mantener los contratos de antes de febrero de 2019 al menos años y ofrecer servicio gratuito de Internet durante cinco años a los hogares más vulnerables, además de ceder activos al futuro y cuarto competidor Dish. Incluso, gracias al Covid-19, el pasado 15 de marzo consiguió de la FCC un permiso de sesenta días para utilizar espectro adicional en la banda de 600 MHz y proporcionar mayor y mejor servicio de banda ancha a sus clientes estadounidenses durante la pandemia.

La nueva T-Mobile se encuentra, en teoría, en mejores condiciones para ofrecer servicios 5G en todo Estados Unidos que sus competidoras ATT y Verizon, gracias a la licencia de 2,5 GHz que tiene a través de Sprint y la de ondas milimétricas y bandas bajas de Sprint y la que ya disponía la propia T-Mobile US. ATT posee solo licencias en ondas milimétricas y en la banda baja, que le permite ofrecer 5G a muy baja velocidad pero buena cobertura con la banda baja y alta velocidad y muy poca cobertura con las ondas milimétricas.

El tercer y principal operador móvil de Estados Unidos, Verizon, ha apostado desde el principio por las ondas milimétricas, que permiten gran velocidad pero muy baja cobertura y necesidad de tener una antena a cada paso, con la que está teniendo más problemas de los previstos en un principio. Verizon confía, de todas formas, en que con la agregación de ondas portadoras y con el espectro compartido logrará aumentar la cobertura de su servicio 5G. Probablemente, tanto ATT como Verizon pensaban hace un par de años que la subasta y disponibilidad de licencias de banda media para 5G no se eternizaría, como ha ocurrido, ni tampoco que T-Mobile consiguiera fusionarse con Sprint.

A finales de la semana pasada, Mike Sievert (en la foto superior), el nuevo máximo responsable de la T-Mobile fusionada con Sprint y que sustituye a John Legere como se había anunciado hace meses, aseguró en la cadena televisiva CNBC que la construcción de la red 5G de T-Mobile sigue adelante como estaba prevista, a pesar de la crisis del Covid-19, y que se está trabajando para “desplegar de modo inmediato” más espectro de onda media a lo largo de Estados Unidos, gracias al esfuerzo de sus empleados. “Continuaremos la actividad necesaria para mantener nuestra red y expandir su capacidad, tanto en 4G-LTE como en 5G”, precisó.